En junio tendrá inicio las negociaciones para el tratado de libre comercio entre EU y EEUU, ha apuntado el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, durante la XXIX reunión del Círculo de Economía. Con este acuerdo bilateral, lógico por otra parte, suscribirán las dos mayores potencias económicas y comerciales del mundo –entre la UE y EEUU acumulan el 47% del PIB mundial–, ahí es nada. E intentará evitar el proteccionismo que se acentúa con la crisis económica.
Este acuerdo supondrá, en términos macroeconómicos (olvidando la microeconomía) y según institutos de investigación vinculados a fundaciones privadas de análisis económico y político –los think tanks–, un incremento del 0,5% en el PIB de la UE y un 0,4% en los Estados Unidos, cantidad a tener en cuenta ya que nos referimos a la mitad de la economía mundial. En total un incremento de 122.000 millones de euros en la producción de la UE y un incremento aproximado de las operaciones mercantiles de un 20% en cada orilla del Atlántico.
¿Qué supone este libre mercado?
Básicamente la eliminación de las barreras al comercio, lo cual favorecería la creación de empleo y estimularía el crecimiento económico, algo vital en los tiempos que vivimos. Estaríamos hablando de eliminar las barreras arancelarias, pese a que ya son relativamente reducidas (en la Unión Europea un valor medio del 5,2% y en EEUU un 3,5%). Aunque el mayor reto, las líneas rojas del acuerdo, residen en las barreras técnicas que ejercen de restricciones entre ambos bloques, como son los estándares alimentarios, protección y seguridad del medio ambiente o de la propiedad intelectual así como el reconocimiento y validación de las certificaciones técnicas. Quizás este sea uno de los puntos más delicados. De ser así supondría un gran ahorro de costes a muchas pymes que ya están exportando.
¿Beneficia a las pymes?
Pues es pronto para decirlo, ya que todavía hay muchísimos puntos que aclarar y todo dependerá de los acuerdos. Los aranceles como ya hemos comentado son reducidos, por lo que afectaría simplemente en una mejora de costos. La lupa habría que ponerla en sectores afectados por barreras arancelarias y no arancelarias, como son agricultura y ganadería, ya que, por ejemplo, la supresión de las barreras europeas al uso transgénico del ganado perjudicaría a los productores de carne españolas. O en el sector servicios, ¿se abrirán los concursos públicos de Estados Unidos a empresas Europeas? las cuales no son tan accesible como las europeas, publicadas en un boletín diario.
Como podéis observar quedan muchos flecos que resolver.
Claro que tenemos que tener en cuenta, como una de las partes desfavorables, que se tendrá mayor competencia con empresas estadounidenses que en poco tiempo intentarán hacerse con una cuota del mercado europeo. Lo que obligará a las pequeñas y medianas empresas a optimizar y conseguir mejores resultados para competir mejor, por lo que llevará a la desaparición de algunas empresas.
Claramente este acuerdo es vital para la economía y el empleo en EEUU y Europa. Pero debemos ver si la UE puede controlar todas las tensiones que seguro que surgirán, para evitar frustrar el acuerdo con Washington ni dañar el mercado Europeo. Para la UE sería desastroso, ¿y para España? ¿Consideráis importante llegar a este tipo de acuerdo para la progresión de nuestras pymes?
