Los mercados financieros parecen algo lejano al pequeño inversor, pese a ser España un paÃs muy tradicional en aspectos financieros, en el que la mayorÃa de los ahorradores confÃan en los depósitos bancarios, cada vez es más habitual que personas sin excesivos conocimientos financieros se lancen a invertir en renta variable y comprar acciones en la bolsa.
Lo primero que debemos conocer es lo qué es una acción, ésta no es más ni menos que una parte alÃcuota de la propiedad de una empresa, es decir, si la empresa X, S.A. tiene 1000 acciones en su capital, por cada acción que tengas, tendrás una milésima parte de la propiedad de la empresa, asà que cuando tenemos acciones somos propietarios de empresas.
La segunda consideración a la que debemos prestar atención son los riesgos asociados a las inversiones en bolsa. El principal riesgo a tener en cuenta es el propio riesgo del mercado, y la fuerte oscilación que puede sufrir la cotización de la acción en la que hemos confiado. Es muy habitual que los movimientos del mercado no se rijan por sucesos ocurridos en la empresa, sino que por el hecho de cotizar en un mercado, la acción se ve favorecida o damnificada de la situación del mercado. Actualmente el mercado español está en el punto de mira y simplemente por cotizar en el mismo, muchas empresas españolas están viendo como el precio de cotización de sus acciones está a la baja. Un segundo riesgo a tener en cuenta es que en caso de situación concursal de la empresa y posible desaparición de la misma, los accionistas son los últimos en coger su trozo de tarta (generalmente ya no queda nada para repartir).
Una vez contemplados los riegos citemos la parte más jugosa, la rentabilidad. La rentabilidad cuando compramos acciones viene determinada por dos cuestiones:
– Los dividendos que nos ofrezca la acción. Estos son optativos, es decir, la empresa no está obligada a ofrecer dividendo alguno, y evidentemente si está en pérdidas, no podrá hacerlo, pero generalmente las empresas que de forma histórica han repartido dividendo, suelen seguir haciéndolo, y con los precios actuales a la baja, la rentabilidad por dividendo puede resultar bastante jugosa. – Una posible segunda fuente de rentabilidad es la propia oscilación del precio, si el mercado camina a nuestro favor y logramos vender la acción que hemos comprado a un precio superior, obtendremos una ganancia.
Teniendo en cuenta los riesgos en los que encurrimos y la rentabilidad potencial, pues nunca estará garantizada, toca decidirse por una o varias acciones y comprarlas, para ello debemos abrir una cuenta en un broker. Este aspecto es algo muy relevante, pues comprar acciones no es gratis, en ocasiones puede resultar que los costes de compra-venta y custodia de la acción nos fulminen nuestras ganancias. Los posibles costes en los que se incurre son:
– Comisión de compra-venta: generalmente a la hora de comprar y vender acciones nuestro broker, nos cobra un porcentaje sobre el importe de la venta, habitualmente con mÃnimo por operación. – Comisión de custodia: es una comisión que se cobra periódicamente por guardarnos las acciones en nuestra cuenta de valores. – Canon de bolsa: es el coste de operar en la bolsa. Por ejemplo, es lo que nos cobra Bolsas y Mercados Españoles por operar en el mercado nacional. – Comisión por cobro de dividendos: algunos intermediarios bursátiles nos cobran una comisión por el cobro de dividendos.
Como veis hay que tener muy en cuenta todos los costes asociado, para que no se nos vayan las ganancias por el camino. Una vez conocidos todos los costes, los cuales varian mucho entre los diferentes bancos y sociedades de valores, tenemos que hacer cuentas de si tenemos potencial de rentabilidad en nuestra operación. Si nuestro objetivo es vender a corto plazo debemos calcular cual es el movimiento que el mercado necesita para que nosotros obtengamos un beneficio, pues en ocasiones es demasiado elevado y alejado de la realidad, en este caso es mucho mejor utilizar otro tipo de instrumentos como los derivados, que ya comentaremos en próximos artÃculos.
Una vez visto esto, estamos listos para operar en el mercado. Lanzaremos nuestra orden a través de nuestro broker, tanto sea on-line, telefónico o fÃsico, la cual gestionará el súper ordenador que mueve la bolsa, en el caso de la bolsa española se denomina SIBE (Sistema de Interconexión Bursátil Español), y se cruzará nuestra orden en el momento que encuentre precio de contrapartida, es decir, si estamos comprando acciones, se cruzará la orden en el momento que alguien haya introducido una orden de venta a un precio que case con el precio de compra al que hemos lanzado la orden. Una vez cruzada la orden la acción será de nuestra propiedad, y podremos venderla posteriormente lanzando una orden de venta a través de nuestro broker.
¿Alguien se anima a la renta variable, con la que esta cayendo? Espero vuestros comentarios y consejos.
Hola David
Muy interesante artÃculo. En estos momentos una institución Estadounidense viene realizando un estudio en Cataluña sobre el aumento de pequeños inversores en renta variable sobretodo en el Ibex . Lo sorprendente es que la cantidad de estos inversores en España es mayor que en Reino Unido y otros paÃses de la CE.
Los mercados se encuentran cada vez más cerca al común de los mortales, hace un año jamás me imaginarÃa estar operando en bolsa y es sorprendente como son cada vez más los pequeños inversores.
El momento actual y aunque no lo crean invita a participar de este mundo, la alta volatilidad que presenta es una interesante oportunidad para operaciones intradia , inversiones a corto me lo pensarÃa pero mediano y largo plazo no lo harÃa.
Lo más importante es la formación y no necesitas ser un economista o experto en finanzas para poder entender las herramientas y métodos aplicables para las operativas.
Un cordial saludos.
Gracias por tu aportación Victor