La propuesta de reforma fiscal del mes pasado, tiene beneficiados y perjudicados en caso de que se llevase a cabo finalmente. El documento sigue las recomendaciones generales de los organismos internacionales y apuesta por reducir la fiscalidad directa (IRPF y Sociedades), subir la indirecta (reordenación del IVA y aumento de impuestos especiales). Además, rebaja los impuestos sobre los rendimientos del ahorro y grava más la mera propiedad de inmuebles que la compra.
Los economistas aseguran que estos cambios impulsarán a la economía en su conjunto y generarán empleo. Si ello se cumple, todos los ciudadanos salen beneficiados. Sin embargo, el efecto de la reforma sobre el bolsillo particular de cada contribuyente es diferente en cada caso. La falta de concreción de las medidas propuestas impide, saber si uno forma parte de los beneficiados o de los perjudicados.
Las rentas muy bajas pierden con la reforma. Ello es así porque, por ejemplo, un contribuyente que gana o recibe una prestación de 11.500 euros anuales, actualmente no paga o abona muy poco por IRPF. Otro contribuyente con un hijo que gana 12.000 euros anuales prácticamente tampoco tributa. Estos perfiles no se benefician de la rebaja del IRPF y, en cambio, sí sufren la propuesta de reclasificar productos en el IVA de tal forma que los alimentos elaborados y el agua, entre otros bienes, pasen a tributar al 21% frente al 10% vigente.
En el caso de las rentas medias es muy difícil calibrar si el efecto final de la reforma es positivo o negativo, ya que el informe elude las concreciones. Se indica que el tipo mínimo del IRPF debe quedar en el 20% y el máximo en el 44%. Entre ambas cifras existen muchas posibilidades. Un sueldo medio o medio alto (entre 20.000 y 40.000 euros) abonará menos impuestos por IRPF con la propuesta de la comisión. Entre otros motivos, porque el impuesto funciona por tramos y, por lo tanto, la reducción del 24,75% al 20% del primer escalón del impuesto beneficia a todos los contribuyentes, especialmente a los que tienen sueldos inferiores.
En el informe sale reflejada la intención de rebajar el tipo marginal máximo del IRPF, que nunca podría superar el nivel del 50% y debería moverse en torno al 44%. De aplicarse esta medida, los sueldos elevados sufrirían una importante reducción. Actualmente, el IRPF tiene siete tramos y el gravamen máximo es del 52% para bases imponibles superiores a 300.000 euros. Además, en comunidades como Cataluña que han hecho un uso al alza de su capacidad normativa, estas rentas aplican un tipo del 56%. Es decir, en el peor de los casos, este contribuyente vería como su gravamen máximo se rebaja seis puntos y, además, también se beneficiaría de la reducción del número de tramos y tipos de los escalones inferiores.
Llegamos a la conclusión, que las familias con rentas más bajas podrían salir perjudicadas, mientras las más altas verán ciertas mejoras fiscales para su situación económica. En el tramo medio nos encontraremos familias que hasta que no se lleve a la práctica las nuevas medidas, no sabrán hasta que punto pueden afectarle positiva o negativamente.