Tras analizar el libro en la primera parte de este artículo, vamos a seguir comentando la última de las ideas clave más destacada que Jesús Huerta de Soto comenta en La Escuela Austríaca, mercado y creatividad empresarial.
La utilidad marginal (Menger), la teoría del capital (Bohm-Bawerk) y la teoría del ciclo económico (Mises y Hayek)
Entre los años 1871 y 1874 se publican tres obras que resuelven cada una el problema con un enfoque original que revolucionó toda la teoría económica. Lo curioso es que llegan al mismo principio desde razonamientos y contextos diferentes, sin conocerse y sin haber leído la obra de los demás.
Como dice Mark Skousen en La formación de la teoría económica moderna; la vida e ideas de los grandes pensadores modernos, con un estilo de presentador de boxeo, “De Gran Bretaña era William Stanley Jevons (1835-1910), de Austria Carl Menger (1840-1921) y de Francia Léon Walras (1834-1910).”
¿Cuál era esa idea tan revolucionaria e importante? El principio de marginalidad que parte de un rechazo “a las teorías objetivas de valor de los bienes basadas en su coste de producción” situó en su lugar “el principio de utilidad y la demanda de los consumidores como la piedra angular del nuevo enfoque para la construcción de la teoría económica”.
Estos economistas subrayaban que las personas en el mundo real eligen en base a sus preferencias y valoraciones. Al igual que J.B. Say, reconocían que ni la cuantía del trabajo ni de los medios empleados confiere valor al producto. El valor de un bien es una cuestión que depende de las valoraciones que hacen las personas que lo utilizan.” (Skousen, M., 2010, 253).
La teoría del capital de Bohm-Bawerk es el intento de explicar el origen del interés del capital, solución que halla dando tres razones, dos de ellas psicológicas y una tecnológica:
– Las personas tienden a sobrestimar los recursos futuros. – Las personas tienden a subestimar las necesidades futuras. – Los bienes presentes darán otros bienes de mayor valor en el futuro.
El interés es por tanto, producto de una preferencia temporal (las dos primeras premisas) en la cual las personas dan mayor valor a los bienes presentes que a los futuros. También es producto de la teoría de la productividad de capital (la tercera premisa), pues la fabricación de bienes terminados en el futuro implican el consumo de bienes en el presente, por tanto, el tipo de interés valora esos bienes lejanos en relación con los bienes actuales que se están destinando para su producción.
Mises esbozó una teoría del ciclo económico que posteriormente desarrolló su alumno Hayek. El primero se dio cuenta de que
La creación expansiva de créditos y depósitos sin respaldo de ahorro efectivo (medios fiduciarios) a que daba lugar el sistema bancario basado en un coeficiente de reserva fraccionaria dirigido por un banco central, no sólo generaba un crecimiento cíclico y descontrolado de la oferta monetaria, sino que también, al plasmarse en la creación ex nihilo de créditos a tipos de interés artificialmente reducidos, inevitablemente daba lugar a un “alargamiento” artificial e insostenible de los procesos productivos, que tendían así a hacerse de forma indebida excesivamente intensos en capital. […] la amplificación de todo proceso inflacionario mediante la expansión crediticia, tarde o temprano de manera espontánea e inexorable, habrá de revertirse, dando lugar a una crisis o recesión…
Hayek completa la teoría de su maestro resolviendo la paradoja “del ahorro o frugalidad”, según la cual es imposible que un aumento del ahorro produzca un aumento del consumo. El premio Nobel de 1974 lo soluciona argumentando:
Todo incremento del ahorro deprime el consumo y por tanto tiende a hacer disminuir el precio relativo de los bienes de consumo. Esto da lugar, por un lado, al denominado por Hayek “efecto Ricardo”, consistente en la mayor demanda de bienes de inversión a que da lugar el incremento de los salarios reales que motiva ceteris paribus toda disminución en el precio de los bienes de consumo producida por el ahorro; y por otro lado, a un aumento relativo de los beneficios empresariales de las etapas más alejadas del consumo, cuyos productos tienen a incrementarse de valor en un entorno en el que los tipos de interés se reducen como consecuencia de la mayor abundancia del ahorro. El resultado […] es un alargamiento de la estructura productiva, que se hace más capital-intensiva gracias a la financiación que permiten los recursos reales ahorrados en mayor cantidad.
Sin embargo, esta mayor preferencia por los bienes que tardan más en incorporarse al consumo por parte de los empresarios puede ocasionar un grave problema:
Cuando la manipulación monetaria en forma de expansión crediticia producida por el sistema bancario, sin un respaldo de ahorro previo, pone a disposición de los empresarios nuevos recursos financieros, que éstos dedican a la inversión real como si el ahorro de la sociedad se hubiera incrementado, cuando de hecho tal cosa no tiene porque haber sucedido. De esta manera se produce un alargamiento de los procesos de inversión, motivado por la disminución artificial del tipo de interés, que no podrá mantenerse a largo plazo. […] las políticas de estabilización monetaria en un entorno de disminución de los precios producido por un aumento general de la productividad están condenadas a producir una grave descoordinación intertemporal entre las decisiones de los inversores y los consumidores, que tarde o temprano habrá que revertirse en forma de recesión económica.
Bibliografía del autor
Jesús Huerta de Soto es Catedrático de Economía Política de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Doctor en Ciencias Económicas y Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (sobresaliente cum laude y Premio Extraordinario fin de carrera), en 1983 fue galardonado con el Premio Internacional de Economía «Rey Juan Carlos»; en febrero de 2005 recibió en Bruselas el prestigioso «Adam Smith Award» y en abril de 2006 recibió en Praga el Premio «Franz Cuhel» a la excelencia en la enseñanza de la economía.
Es igualmente Actuario Matemático por la Universidad Complutense y M.B.A. por la Universidad de Stanford, California, donde realizó estudios superiores de Economía Política becado por el Banco de España. Es miembro y ha sido Vicepresidente del Consejo Directivo de la Mont Pèlerin Society, así como miembro de la Royal Economic Society de Londres y de la American Economic Association. Huerta de Soto está considerado internacionalmente como uno de los exponentes más representativos de la moderna Escuela Austriaca de economía.
Entre ellos destacan sus libros Planes de Pensiones Privados (1984), Lecturas de Economía Política –3 volúmenes– (Unión Editorial), Socialismo, cálculo económico y función empresarial (Unión Editorial), Estudios de Economía Política (Unión Editorial), Dinero, crédito bancario y ciclos económicos (Unión Editorial); Nuevos estudios de Economía Política (Unión Editorial); Ahorro y previsión en el seguro de vida (Unión Editorial) y The Theory of Dynamic Efficiency (Routledge).
Conclusiones
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p> He aquí un libro actual y sugerente capaz de dar respuesta, no solo a interesados por el pensamiento económico, sino a todos aquellos que busquen un origen a la crisis que nos amenaza. Cabe destacar la valentía intelectual de traer al debate distintos temas de interés:
Por una parte, ideas como la supresión de los bancos centrales y el libre juego del precio del dinero, a los cuales se les acusa con su manipulación monetaria de las crisis y recesiones. Por otra parte, la eliminación del sistema bancario de reserva fraccionaria por suponer una alteración al derecho a pesar de estar aceptado legalmente y que además, permite un juego peligroso donde banca y estado se protegen los unos a los otros. Además, la importancia crucial que se otorga al empresario como creador y transmisor de conocimiento, verdadero adalid de la creatividad y el progreso.
Asimismo, la defensa a ultranza de la libertad individual y el control al poder coactivo de los Estados que frenan dicha creatividad, así como la peligrosidad de los experimentos de ingeniería social que provocan muchos más males de los que intentan solucionar. Adicionalmente, la batalla por la defensa de una economía que se aleje del falso equilibrio neoclásico y acepte por fin una visión dinámica y en constante no equilibrio regulada por procesos auto-organizativos. Incluso la consideración del quehacer del economista como un científico social y no un matemático o estadístico centrado únicamente en modelos alejados por completo de la complejidad social.
Muchos temas más dotan a este volumen de un valor para el lector inmenso, pues lo impregnarán de argumentos sólidos y suficientes para desmontar los postulados de una economía neoclásica impuesta y buscar alternativas a una ciencia encadenada a los grilletes del formalismo matemático.
En un momento donde las respuestas de la economía tradicional neoclásica, neokeynesiana o monetarista da igual, no dan los resultados que se esperan para salir de la crisis, el profesor Huerta del Soto nos acerca a toda una corriente de pensamiento económico que nos ofrece una serie de soluciones que se centran en la persona y su libertad, poniendo además en solfa la importancia de procurar no dejarse llevar por soluciones atractivas pero peligrosas como el socialismo o el comunismo que, por lo general, se muestran como la alternativa natural al sistema, sin enseñar luego su duro y dramático resultado.
Un libro de pensamiento económico actual para los problemas económicos actuales. Sin duda, una buena inversión de dinero y tiempo para nuestra formación intelectual.