Tarjetas de crédito, un arma de doble filo

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En estos tiempos que corren, casi todo el mundo tiene algún medio de pago de plástico, tarjetas de crédito y débito hinchan nuestras carteras. Muchos son fieles usuarios de las mismas, algunos tienen cierto recelo y otros ni las quieren ver delante. En este artículo destaparemos las principales claves y cuestiones a tener en cuenta con el uso de tarjetas bancarias.

Tarjetas de Crédito

Quien más y quien menos lleva algún trozo de plástico metido en la cartera, algunos son adictos a ellas, otros no quieren ni tocarlas, unos piensan que es el medio de pago más seguro y cómodo mientras que otros no confían demasiado en ellas, seas del bando que seas, es indudable que las tarjetas de debito/crédito se han hecho un hueco en nuestras vidas.

Las tarjetas bancarias, son uno de los medios de pago cada vez más utilizadas, su comodidad y las facilidades que ofrecen algunas las han convertido en la forma de pago más habitual de los adictos a las compras. Dependiendo del modo que sean nos permiten realizar el pago de diferentes maneras:

Prepago: podemos realizar pagos con el dinero previamente cargado en la tarjeta. Es un medio de pago ideal para los más jóvenes en especial cuando se van de viaje, de este modo no tienen que llevar excesivo dinero en efectivo.

Débito: los pagos se cargan inmediatamente contra el saldo de nuestra cuenta. A no ser que nuestra cuenta permita descubiertos, en el caso de no tener saldo no se realizaría la operación.

Crédito: son las estrellas de la fiesta y las que más peculiaridades tienen, las tarjetas de crédito nos permiten comprar contra un límite asignado por el banco e ir reembolsando el importe en diferentes modalidades, ahí está la clave de las mismas y en las que nos fijaremos en este artículo.

Lo primero que nos puede llamar la atención de una tarjeta de crédito es su precio, en ocasiones somos reacios a pagar ciertas comisiones por tener productos bancarios, pero en ocasiones lo barato sale caro. Dentro de la modalidad de crédito contra un limite existen dos tipos de tarjetas:

Crédito Clásico: el pago se hace contra un límite, no nos cargan nada durante el mes que utilizamos la tarjeta y mensualmente saldamos nuestra deuda con el banco. Este tipo de modalidad desde mi punto de vista es muy recomendable, nos permite aplazar nuestra compra hasta la fecha de pago marcada y no nos cobrarían intereses por ese aplazamiento. Generalmente estas tarjetas tienen coste, aunque es habitual que al domiciliar recibos y nómina el banco nos las ofrezca gratuitamente.

Crédito Revolving: el banco nos asigna un límite, podemos ir haciendo gastos sobre ese límite, la diferencia con la anterior es que no saldamos nuestra deuda mensualmente, sino que vamos pagando siempre una cuota constante la cual negociamos con el banco. Mientras tenemos el límite dispuesto pagaremos intereses sobre ello, estos intereses son muy elevados dependiendo de la tarjeta y la entidad pueden rondar entre un 12% y un 24% TAE.

Tarjetas de CréditoEl principal peligro de este tipo de tarjetas es que si seguimos comprando no saldamos nunca nuestra deuda, por lo que estaremos pagando unos intereses muy altos constantemente. Es mucho más recomendable en ocasiones si la compra es alta utilizar los medios de financiación que nos ofrece el establecimiento pues o son gratuitos o su precio suele ser inferior. Otro de los problemas es que generalmente si no solicitamos el cambio, vienen predefinidas de modo que devolvemos una parte muy pequeña de lo dispuesto, por ejemplo un 1% con una cuota mínima de 18 €, y tras empezar a pagar es posible que el banco nos obligue a pagar una comisión por amortizarlo anticipadamente. Veamos un ejemplo:

Realizamos tan solo gasto de 500 € con nuestra tarjeta de crédito revolving, la cuota sería del 1% del saldo dispuestos más los intereses, pero al ser inferior de 18 €, se aplicaría la cuota minima. Con un tipo de interés nominal mensual del 2% (24% anual), pagaríamos aproximadamente 42 mensualidades, lo que haría que nuestra compra nos pasará a costar tras las 42 mensualidades, 720 €.

Es muy frecuente que este tipo de tarjetas sean gratuitas, ¿ya os vais dando cuenta del porqué?. También es muy habitual que sean ofrecidas en lugares como centros comerciales con algún reclamo como descuentos en compras, etc., y sin la necesidad de abrir cuenta en el banco emisor. Lo que debemos de hacer es siempre preguntar como viene emitida la tarjeta, y si podemos cambiar la modalidad, pues en ocasiones se puede poner el modo de saldar el 100% del saldo dispuesto al final del mes, sin que se nos aplique comisiones, lo que hace que tengamos una tarjeta de crédito gratuita.

No todo va a ser malo con las tarjetas de crédito, pues la gran mayoría incluyen infinidad de seguros que no conocemos por ejemplo al comprar billetes en transportes públicos en caso de accidente o muerte, o incluso algunas incluyen seguros de protección de robo o rotura en tus compras. Cada tarjeta es distinta, debemos indagar en sus características, y fijarnos en lo que llega de forma gratuita a nuestras manos.

Os invito a compartir experiencias tanto buenas como malas con el uso de tarjetas de crédito.

Archivado en Banca, Tarjetas de crédito, Tarjetas de débito
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