Una vez más desde Europa nos dan un pequeño empujón para asentar la cabeza en este país, lo que las autoridades españolas no han hecho, lo hacen los de fuera.
Tras cerrar 2011 con unos beneficios contables de 305 millones de euros, la cúpula directiva de Bankia decidió premiarse por ello y repartirse una paga extra por la buena gestión y el gran esfuerzo realizado en el proceso de integración de las antiguas cajas, que dieron como fruto resultante la actual Bankia. Estos bonus fueron aprobados por el Banco de España, tras obligar a rebajar la cantidad que inicialmente se planteaba repartir entre los 72 directivos afortunados.
Meses después se demostró que esa buena gestión no había sido tan buena, y tras reformular legalmente sus cuentas los números ya no eran los mismos, siendo el resultado de la entidad unas abultadas pérdidas cercanas a los 3.000 millones de euros.
Ahora Bruselas, obliga a devolver esa paga extra inmerecida, que han recibido los directivos de Bankia. El regulador nacional no fue lo suficientemente perspicaz para cazar el pájaro al vuelo, pero desde Europa, donde cada uno de nuestros movimientos se están mirando con lupa, se lanzan las directrices a seguir.
Ahora los imputados por el caso Bankia echan la culpa a su auditor, Deloitte, del tremendo agujero en su cuenta de resultados. ¿Cómo es posible que los miembros que forman el órgano de dirección de la entidad, no estén al tanto de la situación financiera de la misma? La respuesta es sencilla, muchos miembros de los consejos de administración de las antiguas cajas de ahorro carecían de los conocimientos financieros suficientes, para realizar esa función de gobierno. Caso de ello la colocación en el comité de auditoría de Bankia, de Mercedes Rojo-Izquierdo, la secretaria personal de Esperanza Aguirre, la cual tras ser imputada en el caso Bankia reconoció que: “no tenía los conocimientos financieros y contables suficientes”. Mercedes Rojo-Izquierdo se embolsó 144.000 € en 2011, fruto de su trabajo en la entidad, según informó el diario El Mundo
Sin ser médico, uno no puede ejercer la medicina. Sin embargo sin los conocimientos suficientes, puede ejercer funciones directivas y de gobierno en una empresa, que por sus enormes pérdidas y mala gestión, ha supuesto un fuerte golpe para la economía española.
Noticias como estas, me hacen pensar sobre el rigor de nuestras autoridades, reguladores y nuestro sistema legislativo. Leemos diariamente casos de corupción de políticos e incluso miembros de la familia real, reparto de cuantiosas sumas millonarias entre directivos de entidades financieras que han tenido que ser intervenidas, etc. Ante estas situaciones vemos como nuestro sistema hace oídos sordos, o la justicia se pierde en procesos judiciales infinitos que finalmente no llevan a ninguna parte.
¿Creéis que nuestro sistema es demasiado flojo con este tipo de situaciones? Espero vuestras opiniones.