Análisis sobre las reformas y el sistema financiero mundial (I)

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En un plazo de un mes podrán ver sucesivas entregas de un resumen esquemático de las medidas adoptadas por el gobierno ante la crisis. En esta primera entrega aprovecho para situaros ante el problema surgido a partir de la crisis del 2008. En adelante, seguiré desarrollando toda una serie de cuestiones relativas a las diferentes reformas para dinamizar la economía. ¡Espero vuestras opiniones!

Crisis en Wall Street

Introducción y contextualización

Como todos sabemos nos encontramos en una crisis mundial iniciada en los Estados Unidos de América (algunos autores la datan el día 15/9/2007, cuando el gobierno Americano deja de inyectar dinero a las entidades financieras y permite que Lehman´s Brothers quiebre y suspenda pagos) debido a la concesión de hipotecas a gente que no las podía pagar. Esta operación se ha realizada a sabiendas de las consecuencias que se han consentido por la inoperancia de nuestros representantes o la fiabilidad depositada en el sector financiero.

Las entidades financieras norteamericanas han colocado numerosos títulos hipotecarios de las llamadas _subprime, en los mercados financieros internacionales a través de operaciones conocidas como titulización hipotecaria, mediante la cual se le otorga financiación al banco a cambio de títulos hipotecarios que funcionan como aval dadas exigencias legales que estos títulos se corresponden con el derecho a percibir una contraprestación económica por el crédito concedido por las entidades financieras al ciudadano que puede adquirir el inmueble.

Todo esto fue acelerado por distintos motivos:

– Falta de vergüenza de los agentes bancarios que buscaban financiación para las entidades, una prima o sobresueldo extra sobre hipotecas concedidas.

– Una valoración de los títulos hipotecarios por las agencias de rating de la “triple A” (que se corresponde con el mayor grado de solvencia) y lo que permitía colocar estos títulos en los mercados internacionales sin apenas dudar por los inversores de estar haciendo una compra de activos financieros seguros dado que desconocían que tipo de gente estaba aceptando la citada hipoteca.

– Una concesión de títulos hipotecarios por encima del valor real o de mercado del inmueble (lo que ayudaba a acometer ciertos gastos por los ciudadanos para el traslado, acondicionamiento o incluso la compra de un vehículo) dado que se preveía que no cesaría la subida de precio en la vivienda.

– Y por último y no menos importante, una falta de regulación absoluta por parte de las autoridades bancarias que veían prosperar su negocio y el de sus amigos o influyentes y crecer la economía basándose en sólo un sector y presumiendo en el caso de España que estábamos construyendo más viviendas que Italia y Alemania juntas en el año 2004.

El caso español es algo diferente al resto del mundo, o dicho con propiedad, al resto de los países industrializados con excedente de capital que destinan a la especulación financiera. Mientras en el resto de los países debían de hacer frente a los impagos hipotecarios por los indigentes norteamericanos que habían distribuido las entidades financieras por todo el planeta “Tierra”, en España estábamos frotándonos las manos dado que nuestras entidades no estaban expuestas en gran medida a estos activos. Pero sin ver el problema que esto ocasionaría, nuestros políticos de turno aún destinaban dinero público a medidas electoralistas como el “cheque bebe” o los “400 euros” que nos devolvía la hacienda de Zapatero.

Éramos un país cuyas entidades financieras habían crecido a base de ladrillo (incluso alguna con inversiones superiores al 90% de sus activos) y no nos percatamos que el exceso de vivienda iba a hacer caer su precio y la actividad económica de muchas familias que se quedarían en paro y no podrían acceder a comprar sus bienes necesarios para sobrevivir, con la consiguiente subida de las prestaciones sociales a la cual tendrían derecho.

A todo esto le sumamos que los gobiernos españoles no han querido hacerle frente a los bancos y dejar que se hundiesen como lo haría cualquier otra empresa en dicha situación que tiene que hacer frente a sus riesgos y deudas acometidas sin ningún privilegio. Otros autores defienden que el problema de España es sólo la tardanza a la hora de darse cuenta del problema y no la forma de actuar, con lo cual no estoy de acuerdo.

Archivado en Banca, Confianza, Crisis financiera y posibles soluciones, FAAF, FROB, Reformas financieras y económicas, SAREB, SIP
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