Me inquieta bastante una serie de afirmaciones que llevo escuchando durante bastante tiempo sobre los atentados ecológicos. Concretamente cuando se habla de las construcciones de rascacielos en los entornos urbanos, incluyendo las ciudades costeras.
Se afirma que al proyectar este tipo de edificaciones, esto constituye un ataque de dimensiones gigantescas sobre el medio natural, y solo es producto de la ambición de constructores sin escrúpulos, con ganas de especular sin límites. Esta idea poco a poco se me ha interiorizado desde hace años sin saber los verdaderos argumentos que había detrás (si es que los había).
Una vez asistí a un curso sobre Desarrollo Sostenible, impartido por la Universidade da Coruña, donde entre otras cosas se hablaba sobre los entornos urbanos y las directrices que se debían seguir en el futuro para el crecimiento de las ciudades ante un aumento exponencial de la población mundial. Pues bien, salí bastante sorprendido sobre lo que los expertos habían afirmado allí, puesto que la idea del rascacielos que destruye el medio ambiente se me quedó en parte desterrada.
Existen muchos aspectos que argumentan que las edificaciones altas tienen un impacto medioambiental mucho más reducido, pero principalmente lo que podemos destacar como ventajas absolutas es la eficiencia energética y la optimización del suelo urbanizable. Muchas ciudades están planificadas horizontalmente y aunque nos parezca que este sistema es algo inocuo para nuestro entorno, en realidad es una gran confusión.
Las ciudades con mucha población y edificicaciones de una o dos plantas, suponen una mayor conquista por parte del asfalto y cemento sobre suelo virgen, con la correspondiente destrucción de los ecosistemas que en ellos residen. Una gran extensión de suelo urbano, se traduce en un mayor consumo energético, debido a que existe por ejemplo, una mayor dependencia del automóvil y la emisión de grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Existe incluso diversos estudios que dicen que hay una gran mayoría de unidades familiares que tienen un vehículo para cada uno de sus miembros. Por otro lado, en este sistema, las casas tienen que tener sus correspondientes suministros, canalizaciones, servicios de basuras, etc.
Es decir, todo esto conlleva un coste muy alto para todos, que desde diversas instancias se trata de defender como el modelo ideal. No entiendo porque se hace esto, ya que este tipo de crecimiento es totalmente insostenible en el largo plazo.
Las gran mayoría de ciudades verticales tienen muchísimos fallos sobre planificación, pero hay que tener en cuenta diversos aspectos sobre ellas. En primer lugar la optimización del suelo que permite ubicar a una determinada cantidad de población de manera eficiente. Esto permite un ahorro energético, la gestión eficiente de los transportes públicos, la reducción del uso del automóvil y de los gases de efecto invernadero, la reducción del tiempo en desplazamientos y la concentración de los servicios necesarios. Por otro lado con este sistema se permite el mantenimiento de numerosas zonas verdes en el entorno urbano. Aunque suene a barbaridad, se estima que con la densidad de población de Nueva York, se lograría reunir en un territorio como el estado de Texas a toda la población mundial y dejar todo el resto del territorio del planeta totalmente virgen. Evidentemente esto es una locura, ya que hay que buscar un equilibrio, pero es simplemente para hacenos una idea de lo que supone este tipo de estructura organizativa.
A esto hay que añadir que existe una corriente de investigación por parte de muchos estudios de arquitectura que están trabajando en el desarrollo de rascacielos inteligentes que son capaces de ahorrar hasta un 60% del consumo energético.
Es por ello, que se debe priorizar la correcta reorganización urbana en las grandes ciudades, así como concienciar a la población sobre la definición del desarrollo sostenible que se estableció en el informe de Brundtland:
”Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”
LA CIUDAD VERTICAL Nuevo desafío para las Mega-Ciudades del siglo XXI
Los innumerables y entrelazados males que experimentamos hoy en todos los campos en nuestro planeta, nos obligan, si queremos eliminarlos, antes de todo, a buscar la causa de estos acontecimientos anormales y nunca experimentados en esta escala.
Como el efecto negativo de estos acontecimientos afecta directamente al quehacer profesional de los arquitectos, que tienen que proyectar edificios dentro de asentamientos humanos existentes e incluso poblados o ciudades de distintos tamaños, que tenían que desarrollar y fomentar las justas necesidades de sus ciudadanos, hombres con una naturaleza especial psico-somática, objetivo que hoy, por las demandas materialistas de nuestras sociedades de consumo, no puede realizarse, yo, como arquitecto, me sentía obligado a buscar la causa de esta contradicción, lo que me llevó en mis investigaciones al campo de la filosofía, intentando conocer mi existencia como ser humano y el mundo, dentro del que desarrollo mi vida.
Como mis teorías y proposiciones prácticas de la arquitectura y el urbanismo para nuestros asentamientos humanos se basan en esta filosofía, a continuación expongo, de forma resumida, MI TEORÍA DE LA EXISTENCIA, (documento nº1), según la cual, referirme a la naturaleza especial de la especie humana, esta es la causa de su dificultad de adaptarse a la perfección a las Leyes de la Naturaleza, que reflejan los principios de la idea básica que dirige la evolución y desarrollo de la misma, que es nuestro Mundo Manifestado.
Debido a esta naturaleza especial, compuesta de espíritu, con facultad de conciencia y don de creatividad, con la que, en circunstancias ideales, puede conocer la Verdad, y de cuerpo, con facultad de instinto, en el que está impreso la Verdad y que en circunstancias ideales puede sentirla, este estado ideal y privilegiado sólo puede presentarse si se logra establecer el justo equilibrio entre estos dos componentes de su naturaleza especial humana.
Este hecho lo demuestra mi diagrama de crecimiento de la población mundial (documento nº2) y el comportamiento del hombre, tomando como ejemplo la antigua cultura de Grecia y nuestra cultura Cristiana, según la que, este feliz estado ha ocurrido en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura Cristiana, que duró aproximadamente 250-300 años en ambos casos y que a pesar de los distintos tipos de cultura y 2000 años de diferencia, el comportamiento y actividades de estas sociedades en esencia han coincidido, logrando los más altos resultados humanísticos, culturales y sociales, anulando con esto todos los males que existían como consecuencia de la exageradamente espiritual “filosofía del mundo y de la vida” y la pérdida del justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de las que está compuesta su naturaleza especial humana y que tenían en la época arcaica de la antigua cultura de Grecia y la Edad Media de nuestra cultura cristiana.
Este diagrama y cuadro nos enseña también la otra posibilidad del ser humano, la de alejarse de este justo equilibrio y llegar a su extrema materialista “filosofía del mundo y de la vida”, de cuya consecuencia es la degeneración del perfecto estado de su naturaleza psico-somática y su incapacidad de conocer y sentir la Verdad sobre la Existencia, sustituyéndola ésta con su falsa filosofía que dirige ahora sus comportamientos y actividades que forzosamente caen en contradicción con las Leyes de la Naturaleza que reflejan los principios de la Verdad, causando con ello innumerables y entrelazados daños, tanto así mismos como a los otros seres animados que componen la Naturaleza, terminando, como en una enfermedad cancerosa, en destrucción y muerte.
Este caso ha ocurrido en el período del Helenismo en la antigua cultura de Grecia y tenemos todas las señales de que forzosamente va ocurrir, en una escala mucho más extensa, con nuestras sociedades extremadamente materialistas, que empezó con la Revolución Industrial y cuyas consecuencias negativas todos las sentimos por experiencia.
No obstante, creo que muy poca gente es consciente de la verdadera magnitud y peligro debajo de cuya sobre vivimos y que mi diagrama de CRECIMIENTO DEL CONSUMO MUNDIAL DE ENERGÍA (documento nº3) pretende demostrarlo y según el cual, estos acontecimientos son anormales y antinaturales, que si no logramos cambiarlos y continuamos respetando las erróneas demandas de nuestras sociedades extremadamente materialistas, la destrucción planetaria será inevitable.
Sabiendo que la causa de todos nuestros innumerables males y contradicciones es la extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” del hombre contemporáneo de nuestras sociedades de consumo, para evitar el empeoramiento de nuestra precaria situación, no podemos con nuestras actividades, servir más sus erróneas demandas materialistas, sino tenemos que negar éstas y tomar en consideración la verdadera naturaleza psico-somática de la especie humana, buscando soluciones capaces de satisfacer y fomentar sus justas e intrínsecas necesidades.
Como en una sociedad que comparte esta falsa materialista “filosofía del mundo y de la vida” no se puede ignorar, sus falsas demandas y además, en esta situación, tampoco existen ideas claras sobre la verdadera naturaleza de la especie humana, es lógico que nadie pueda frenar estas tendencias negativas y los profesionales de cada campo de nuestras actividades, quienes tienen el papel de realizar las exigencias y necesidades de nuestras sociedades, no tienen otro remedio que seguir esta tendencia y dentro de ella buscar la mejor solución, la menos dañina, con la que, sin embargo, desgraciadamente, sólo podríamos aplazar y prolongar nuestras agonías.
Juzgando desde este punto de vista el tópico de esta Conferencia, reconozco que sus organizadores están buscando, con buena intención, las mejores soluciones de estos acontecimientos negativos, que al ser erróneos en sus principios sólo podrían obtener algunos resultados positivos a nivel técnico y no humanístico y medioambiental, que es lo esencial, tanto para el hombre, para quién se realizan estas obras, como para la Naturaleza misma, dentro de la que tienen que encajar en armonía sin perjudicar su desarrollo orgánico.
Para poder realizar este tipo de ciudades, el máximo tamaño no puede sobrepasar de un millón de habitantes, siendo su tamaño ideal el de medio millón y aceptables todas por debajo de esta cifra, tal y como eran todos nuestros asentamientos humanos durante la época del Renacimiento, cuando el hombre tenía su justa “filosofía del mundo y de la vida” y logró establecer el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de su naturaleza especial humana.
Nuestras Megaciudades, que se han formado poco a poco desde la Revolución Industrial, con un crecimiento incontrolado de unas ciudades importantes existentes como consecuencia del desenfrenado aumento de la población mundial y la fiebre de migraciones de la gente desde zonas conflictivas y rurales, absorbiendo de manera arbitraria y confusa las pequeñas ciudades y poblados existentes en una conglomeración caótica, perdiendo cada una su estructura ordenada, su tamaño y forma definida y expresiva, convirtiéndose este nuevo conjunto en un monstruoso laberinto nada puede hacerse para que dentro de ella puede sentir el hombre cómodo, protegido y desarrollar su vida en plenitud. Al contrario, estas deshumanizadas conurbaciones sólo podrían crear, sea como sea el diseño de sus nuevos barrios o remodelaciones, un ambiente agresivo dentro del que reinará el caos, ruido, contaminaciones, inseguridad ciudadana y todo tipo de crímenes, que no lo resistiría la naturaleza humana ni el medio ambiente con que se relacionará.
Tomando estos hechos en consideración y que según mi diagrama del CONSUMO MUNDIAL DE ENERGÍA y CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN DEL MUNDO (documento nº3), hoy, es 128 más que lo que teníamos en la época de Jesucristo y que según las estimaciones de las Naciones Unidades esta tendencia, si continuara, la población del mundo podría llegar para el año 2050 a la cifra de 10.000 millones y el crecimiento del consumo de energía se extendería por todas las partes de nuestro planeta éste podría duplicarse, es obvio que esta presión antinatural no aguantaría nuestro planeta y tendríamos que buscar la solución para frenarla, mientras tanto, quienes no apoyan esta teoría sino que se dedicaran a servir sin crítica esta enfermiza demanda de nuestras sociedades espiritualmente vacías y consumistas, se tendrían que buscar soluciones arquitectónicas baratas para las nuevas construcciones que tendrían que acoger y cobijar los 1000 millones de personas hoy sin hogar, más los nuevos 4000 millones que surgirán en los próximos 50 años con el aumento de la población del mundo.
¿Serían las ciudades verticales, con edificios de rascacielos entre 500 y 1200 m. de altura que proponen los organizadores de esta Conferencia o las casas prefabricadas con baja altura, con sistemas sencillos y materiales económicos, construidas por fábricas o por los mismos propietarios según unos proyectos estandarizados y regaladas, que es lo que proponen las Naciones Unidas en sus Conferencias Mundiales para resolver este problema?
Este enfoque contradictorio nos demuestra claramente que la causa de todas nuestros innumerables y entrelazados males es nuestra extremadamente materialista “filosofía del mundo y de la vida” de cuya consecuencia hemos perdido el justo equilibrio entre la parte espiritual e instintiva de nuestra naturaleza especial humana que es la condición indispensable para que el hombre, como los otros seres animados por debajo de su nivel, también puede sentir la Verdad y vibrar al unísono con las Leyes de la Naturaleza y adaptarse con su comportamiento y actividades a su ordenado y armonioso desarrollo.
Recuperando este equilibrio y obteniendo el perfecto estado de nuestra naturaleza psico-somática, todos nuestros males se anularán sin ninguna intervención intencionada, más bien de manera natural y espontánea, como ha ocurrido en la época clásica de la antigua cultura de Grecia y en el Renacimiento de nuestra cultura cristiana.
¿Cómo lograr esta situación, tendría que ser la tarea más importante en nuestras circunstancias y aunque poner en práctica el resultado de esta teoría sería hoy muy difícil, al menos, este tipo de investigaciones tendrían que ser reconocidas y apoyadas, que nos servirían como soluciones alternativas a nuestras prácticas de cuyas comparaciones se demostraría cual de las dos es la mejor y más realizable tanto a nivel económico como humanístico.
Como por el desinterés de nuestras sociedades hacia todo tipo de investigaciones que no da resultados económicos inmediatos es nulo y como una persona quien a través de las contradicciones de su época en que vive, por sus inquietudes descubre la causa de este acontecimiento, no puede ignorarla, así yo, al ser mi quehacer profesional directamente afectado por las consecuencias negativas de estas contradicciones no puedo dejar el tema y desde hace 40 años he dedicado la mayor parte de mi tiempo y medios económicos a este tipo de investigación.
El resultado de este trabajo interrumpido lo he expuesto en varios libros y en una exposición permanente que presenta mi teoría del mundo y de la vida y las correspondientes soluciones arquitectónicas y urbanísticas de nuestros futuros asentamientos humanos representadas en fotos, dibujos y maquetas de cuyo contenido adjunto un catálogo.
El tamaño, estructura y forma de mis 4 prototipos de asentamientos humanos que elaboré para poner en práctica, cuando el tiempo demostrará su validez y necesidades se basa exclusivamente en el reconocimiento de las justas e intrínsecas necesidades de la naturaleza psico-somática del ser humano.
Así, aunque en esencia todos reflejan los mismos principios, la misión de la “Ciudad Industrial Mediterránea” y “Donna Cristina” es para mejorar las condiciones de las ciudades comarcales y poblados rurales y frenar con ello la tendencia de las migraciones desde estas zonas hacia grandes núcleos urbanos. La “Ciudad Olimpia” para 500.000 habitantes y la “Ciudad Attunda” para un millón de habitantes, presentan las soluciones ideales y máximas, cuya misión es crear unos nuevos focos de atracción para absorber el anormal crecimiento de la población mundial y evitar así el indeseable crecimiento y formación de nuevas Metro y Megaciudades.
Si comparamos estos tipos de asentamientos humanos con los confusos y caóticos desarrollos de nuestras Megaciudades y Conurbaciones que son los resultados de nuestra práctica urbanística de hoy, saltan a la vista sus ventajas económicas, humanísticas y medio ambientales, y sobre todo su fácil realización y su efectividad, cuya implantación no se ha realizado hasta hoy sólo porque los hombres de nuestra época de contradicciones no son capaces de ver las cosas en esencia y se pierden en insignificantes detalles de problemas.
Madrid, 12 de Octubre de 2000 Ferenc Z. Lantos
hola.. me parece muy interesante los temas que tratan cada uno de estos extractos, quiero desarrollar una tesis encaminada hacia el modelo de desarrollo vertical de las ciudades, seria de mucha ayuda si me facilitan o recomiendan algunos libros para reforzar y tener un análisis critico mas amplio… gracias