A primeros de año entró en vigor la nueva ley sobre pensiones que impulsó el anterior Gobierno socialista, tal como indicábamos en nuestro anterior artículo. En él se comentaba cómo tanto la edad de jubilación y los años computables aumentarán progresivamente. Así, la edad de jubilación pasará de 65 años a 67 en el año 2027, y los años computables a 25 en el año 2022.
Pues bien, aún digiriendo esta noticia, el pasado mes de abril el Gobierno encargó a un grupo de doce expertos un informe en el que diseñaran un modelo para el futuro factor de sostenibilidad del sistema de pensiones. Dicho informe ya ha sido acabado, arrojando un panorama nada esperanzador tanto para los actuales como para los futuros pensionistas.
En pocas palabras, en él nos vienen a decir que las revalorizaciones de las futuras pensiones dependerán, básicamente, de dos conceptos: marcha de la economía y demografía.
Una de las recomendaciones que hacen es relacionar el importe de las nuevas pensiones con la esperanza de vida. Así, cuanto mayor sea ésta a partir de 65 años, menor será el importe de las pensiones. Para ello introducen el Factor de Equidad Intergeneracional (FEI), que lo que hace justamente es relacionar estos conceptos, dividiendo la esperanza de vida del año 2014 a los 65 años entre la esperanza de vida del año de la jubilación. Y tomamos como base el año 2014 porque es cuando estos expertos dicen que debería empezar a utilizarse este sistema.
Como se puede ver en el cuadro adjunto, el cual se ha elaborado de acuerdo a los datos facilitados por el INE, una persona que tenga previsto jubilarse en el año 2020 deberá multiplicar el importe de su pensión mensual por 0,9588 para conocer cuál será su pensión inicial. Es decir, que cobrará de menos un 4,12%.
Es evidente que este factor afectará a los futuros pensionistas. No obstante, como las previsiones de esperanza de vida de cada año varían, eso significa que estos factores se tendrán que reajustar cada año. Lo que han pretendido los expertos es que los pensionistas reciban a lo largo de toda la jubilación la misma prestación independientemente de la generación a la que pertenezcan.
Respecto a la revalorización de las pensiones, se desvinculará de la evolución del IPC (Índice de Precios al Consumo), introduciendo para ello un nuevo concepto: el Factor de Revalorización Anual (FRA).
El FRA no va a depender ya más del IPC, sino, básicamente, de la marcha de la economía, es decir, de los ingresos y los gastos. Esto se va a hacer patente a través de una fórmula, que dada su complejidad no reproducimos aquí. Debido a que se quiere desvincular también del ciclo económico, en dicha fórmula se tienen en cuenta los cinco años anteriores, así como las previsiones de los próximos cinco años.
Lo que sí está claro es que, dado que el FRA no va a depender más del IPC, las pensiones no tendrían garantizado el poder adquisitivo, pues puede ser que éstas se revaloricen por debajo del IPC, aunque nunca por encima.
Lo cierto es que tanta reforma se llega a convertir en una maraña para el ciudadano de a pie. ¿Y tú, lo tienes claro?