Y la noticia, por fin, se dio a conocer en la tarde ayer. El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), organismo supervisor de las firmas de auditoría y dependiente del Ministerio de Economía, ha decidido abrir expediente administrativo a Deloitte por los trabajos de auditoría de Bankia de los estados financieros resumidos consolidados a cierre de marzo de 2011 y a cierre de junio de 2011.
El ICAC precisó en un escrito remitido al juez Fernando Andreu, que instruye el caso Bankia en la Audiencia Nacional, que los responsables de la entidad tomaron como referencia los estados financieros intermedios consolidados de la entidad del primer trimestre de 2011 para plantear la OPV, previa a su salida a Bolsa.
La firma de auditoría indicó que se trata de un procedimiento usual dentro de las funciones de este organismo y que, tras aproximadamente un año de instrucción, puede perfectamente ser archivado o concluir en una propuesta de sanción.
En un comunicado, Deloitte apuntó que el expediente se centra en formalidades técnicas y que no se cuestiona la corrección de los estados financieros auditados de la entidad.
En relación a los temas de independencia señalados por el ICAC, Deloitte coincide plenamente con el Comité de Auditoría y Cumplimiento de Bankia, que no estableció reserva alguna en relación al cumplimiento de los requisitos exigidos por la normativa de auditoría de cuentas sobre ninguno de los trabajos contratados a la auditora.
Deloitte espera que todos estos aspectos queden claramente demostrados en el transcurso de la instrucción. Por ello, manifiesta su confianza en que el expediente sea archivado.
La auditoría que Deloitte realizó sobre las cuentas que Bankia presentó en marzo de 2012 reflejaban unos beneficios de 309 millones, y una vez reformuladas en mayo de ese año arrojaron unas pérdidas de 2.979 millones.
Desde la auditora aseguran que en marzo de 2012 informaron al Comité de Auditoría de Bankia que existían dudas razonables sobre la viabilidad de la entidad. También advirtieron a BFA (matriz de Bankia) de que debería rebajar la valoración que tenía de su filial Bankia hasta un precio razonable, más bajo del que figuraba en sus libros.
Esto contradice la versión de la mayoría de los consejeros imputados de Bankia, los cuales dijeron que Deloitte nunca puso objeciones a las cuentas y que no supieron por qué se negó a entregar la auditoría.
Por el momento, la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri ha decidido cambiar de firma auditora para los próximos tres años. Ernst&Young sustituirá a Deloitte tras la polémica suscitada por las últimas cuentas anuales.
El ministro Luis de Guindos ha intensificado sus recomendaciones en las últimas semanas a Ana María Martínez-Pina, presidenta del supervisor de las auditoras, para que abriera expediente a Deloitte, como así hizo. Quiere que se multe a las auditoras que trabajaron para las cajas nacionalizadas.
El ministro anunció hace unas semanas en el Senado que el ICAC había comenzado a analizar las auditorías realizadas en todas las entidades financieras nacionalizadas para comprobar que no ha habido malas prácticas contables. Estos trabajos son inspecciones técnicas que de entrada no tienen por qué suponer un expediente sancionador, pero en el caso de Deloitte ya supuso la apertura de expediente. Además de Bankia, Deloitte auditó las últimas cuentas de Banco de Valencia, Novagalicia Banco, Cajasur y Catalunya Caixa, mientras que KPMG lo hizo con la CAM, CCM con Ernst&Young. Mientras, PWC, antigua casa del ministro Guindos, auditó a Unnim y Caixagalicia.
El ICAC ya sancionó a Deloitte por el asunto Gescartera en 2008. Ese año el Tribunal Supremo confirmó las dos multas por un importe total de 1,32 millones de euros que el ICAC impuso a Deloitte por los fallos en las auditorías de la agencia de valores Gescartera, las sanciones más elevadas con las que se ha castigado a una auditora de España hasta la fecha.
Ernst&Young también sufrió el castigo del ICAC. El organismo público multó en 2011 a esta auditora con 1,1 millones de euros en relación a la revisión de las cuentas de Martinsa del año 2007, que obtuvieron una opinión favorable.
El caso Enron ya acabó en su día con una de las cinco mayores firmas de auditoría que había en aquel momento como era Arthur Andersen. Salvando las distancias, ¿podría ser este caso como el de Enron? ¿Es Bankia una de las mayores chapuzas de la historia de España? Y, por último, ¿qué opinión os despierta el poder que tienen en el mundo las Big Four? ¿No creéis que está muy monopolizado este mercado y que se debería abrir paso a auditoras como Mazars, BDO, Auren o Grant Thornton?
El mundo de la auditoría… es un poco complicado, muchas veces cuando una empresa va fatal dicen alguno ¿y el auditor no estaba ahí para preveerlo? Ellos solo se limitan a cumplir una ley, que es la misma para todos, el problema es que hay criterios interpretables y difícilmente justificables. En el caso de Bankia desconozco si hubo irregularidades, y mi respuesta a la pregunta del título es “no, pues España no es un país serio como para que alguien se tome en serio las irregularidades de un auditor el cual la empresa a la que auditaba hizo perder millones de euros a sus accionistas.