En cifras, entre el año 2007 y el 2012 se destruyeron 3,5 millones de empleos en lo que ocupa a los menores de 30 años. La destrucción en materia de empleo de este colectivo algunos ya la achacan –además de la crisis- a la tipología de contratos que existen en España.
Los jóvenes no se consideran un colectivo técnicamente experto a nivel profesional, es por eso –en gran medida-, que más del 80% de los contratos que conciernen a este colectivo, es de carácter temporal. Esto significa que la precariedad y la inseguridad laboral prima sobre los contratos de los jóvenes.
Algunas de las medidas –bastante cuestionadas- del Ejecutivo para paliar el paro juvenil ha sido el contrato de formación y aprendizaje, que solo ha producido 70.000 nuevos contratos, es decir, menos del 1% de la contratación total, según Raúl Grijalba, presidente de ManpowerGroup. La inutilidad de las medidas del Ejecutivo ha puesto de manifiesto la continua evolución de paro juvenil.
Contratos más simples y con menos variedad
No hacen falta medidas evolucionarías, la solución es aplicar medidas revolucionarias. Algunos expertos piden contratos mucho más sencillos y a la vez, más simples, en definitiva, “que las empresas los entiendan y así sus ventajas”, afirma Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados. Los “minijobs” que se autoproclaman como el milagro alemán, pueden representar aun más precariedad en el empleo (y no tan solo el juvenil).
Otro error que nutre a la raíz del desempleo juvenil y la alimenta, es la poca simbiosis que se establece entre el ámbito docente y el profesional. El exceso de bagaje académico y la inexperiencia laboral es también un problema. No por haber estudiado hasta los 30 años y sacarme 2 licenciaturas y un máster –y no haber trabajado nunca- me garantiza un puesto de directivo en una empresa. Hay que saber combinar los estudios y el trabajo. Para ello, se propusieron las prácticas (existentes en FPI, FPII y Universidad) pero que dan resultados negativos. Por una parte, muchas empresas desconocen este tipo de programas ‘practicum’ y por otra, es una medida un tanto desganada por parte de los alumnos, puesto que muchas empresas, con el simple razonamiento de la coyuntura, alegan que no hay remuneración económica, ignorando los posibles costes de alojamiento, comida y demás del propio alumno; generando incluso ‘pérdidas’ económicas por ir a trabajar.
Emprender, ¿la última opción?
La perseverancia es el leitmotiv de un negocio; sin ella, ninguna empresa habría resurgido a la primera. Porque… ¿cuál es la fórmula del éxito?: Fracaso 1+ Fracaso 2+ Fr. 3… El autoempleo puede ser una solución a la inescasez de ofertas laborales. La falta de liquidez o el riesgo de la operación llevan a ser esta opción muy difícil de emprender. No obstante, las recientes medidas del Ejecutivo en las que se establecía una considerable reducción de cuota a 50 euros –hacia un determinado colectivo- para ser autónomo (https://capitalibre.com/2013/03/medidas-contra-desempleo-2013) han hecho que el número de autónomos haya crecido por más de 12.500 personas en el pasado mes de mayo, un dato histórico. El futuro, eso sí, no está ya en las empresas tradicionales, el presente y el futuro solo mira hacia un lado: internet. Una vía de fácil acceso y coste ínfimo pueden garantizar las bases de una buena empresa.
Otra iniciativa, y privada, es la de Juan Roig, propietario de Mercadona. Que financiará con hasta 200.000 euros a cada uno a los 15 mejores proyectos de empresa que se presenten; con el objetivo de “compartir el modelo de gestión de Mercadona” según el propio Roig. El límite es hasta mayo de 2014.
No olvidemos que los jóvenes son tan solo una ficha del domino caída dentro del empleo en España. Es decir, que no se puede subsanar el paro juvenil sin antes haber arreglado la situación de paro. Los jóvenes, que son el primer colectivo afectado en situaciones de paro, pueden tomar alternativas como las mencionadas en el artículo a nivel de ser autónomos para mejorar sus capacidades profesionales, pero no olvidemos que si queremos extrapolarlo, es condición necesaria y suficiente aumentar el atractivo –en materia de empleo- a nivel de inversión en España.
En términos de cuantificar las pérdidas es difícil medir qué colectivos son los más afectados por la crisis. Si bien los mayores de 45 años están en una situación de casi un no-retorno al empleo, los jóvenes aún gozan de años para poder superar la barrera del paro. Pero lo cierto, es que esa primera experiencia laboral, se difumina con la crisis. Los jóvenes, que ostentaban en esa primera experiencia laboral el trampolín para su carrera profesional, se ven inmersos en una crisis que relega sus capacidades académicas a un plano completamente irrelevante en materia laboral. Unas de las generaciones más preparadas de la historia con uno de los futuros laborales más negros. La emigración, a veces toma protagonismo en estos jóvenes, pues es el único halo de esperanza que se cosecha en el futuro generacional. Mucha gente ya afirma que solo hay tres salidas al acabar la carrera en España: por mar, por tierra y por aire. La única esperanza que dan a los jóvenes radica en que el futuro que nos aguarda será mejor, eso sí, fuera de estas tierras. Pero… ¿qué le deparará a España?