En este escenario que nos está tocando vivir, con los tipos de interés por los suelos, el inversor en ocasiones demanda un poco de picante, este picante lo puede obtener de los mercados financieros, sujetos a fuertes vaivenes en los que utilizando determinados productos podemos en un día duplicar nuestra inversión, pero al día siguiente en un descuido perderlo todo. Uno de estos productos apalancados son los warrants.
Los warrants, son parecidos a las ya comentadas opciones financieras, y se trata de un producto derivado del que su precio depende de la cotización de un activo subyacente, además de otros factores.
Los warrants otorgan a su poseedor el derecho teórico (no la obligación) a comprar (Warrant CALL) o vender (Warrant PUT) una determinada cantidad de un activo (Subyacente), a un precio establecido (Precio de Ejercicio o Strike) y hasta una fecha fijada de antemano (Vencimiento). Como podéis observar su funcionamiento teórico es similar al de las opciones, y sus horizontes de rentabilidad también, con la peculiaridad de que con los warrants solo podremos estar en posición compradora (put o call).
Existen Warrants sobre todo tipo de activos subyacentes, acciones nacionales y extranjeras, índices, divisas, materias primas, etc.
¿En qué se diferencia el Warrant de las opciones?
Los Warrants, a diferencia de las opciones en mercados organizados (MEFF en el caso español), son valores mobiliarios que cotizan en la Bolsa, esto quiere decir que los Warrants están representados por un título que confiere a su poseedor un derecho sobre un activo (el subyacente) determinado. La consecuencia de ello, es que el Warrant puede comprarse, pero no venderse si no se ha adquirido previamente.
Para adquirir un Warrant, debe haberse emitido por un creador de mercado. Estos emisores y creadores de mercado garantizan la liquidez del producto. Algunos de los más conocidos son Societé Generale, BBVA, Banco Santander, BNP Paribas…
¿Qué características comparten los Warrants y otros productos cotizados en bolsa?
– Son productos que cotizan en bolsa en tiempo real y de forma continua. – La liquidez está garantizada por el creador de mercado. – Están sujetos a estrictas normas de supervisión que garantizan su transparencia. – Dan acceso a multitud de activos (renta variable, índices bursátiles, renta fija, materias primas, divisas,…) – Permiten desarrollar diferentes estrategias, como puede ser la cobertura de carteras, especulación, etc. – No hay un mínimo de inversión y generalmente el precio de los mismos es muy bajo por lo que todo el mundo tiene acceso a este producto.
Existen multitud de Warrants emitidos, todos con elementos que lo hacen diferente y adecuado o no a los diferentes perfiles de riesgo. A continuación mostraremos una ficha de un Warrant emitido:
Los valores que debemos tener en cuenta para ver si un warrant es adecuado a nuestros objetivos son:
– Tipo – Vencimiento – Precio de ejercicio – Precio de la prima – Paridad – Volatilidad implícita – Delta – Elasticidad – Theta – Valor intrínseco – Valor temporal
Todas estas características las comentaremos con detalle en próximas semanas.
¿Qué ventajas tienen los warrants frente a otros activos financieros?
– Dependiendo del tipo de warrant que escojamos podremos posicionarnos al alza cuando creemos que el mercado es alcista (comprando un warrant call), o a la baja, cuando creemos que la tendencia será bajista (comprando un warrant put). – La inversión en warrants es muy pequeña, pues como podéis observar en el ejemplo la prima supone tan solo 37 céntimos de euro. Sin embargo el potencial de beneficios es ilimitado, esto es consecuencia del efecto apalancamiento pues en este caso estaríamos pagando un valor muy pequeño para obtener los potenciales beneficios de la compra de acciones del Banco Santander. – La pérdida es limitada. Cuando invertimos en warrants, nuestra pérdida siempre estará limitada a la prima (en este caso esos 37 céntimos), mientras que el potencial de beneficios es ilimitado.
En definitiva, es un producto financiero, el cual parece complejo, pero por el hecho de probar, a priori no deberíamos arruinarnos. Tenemos que tener en cuenta que la compra venta de warrants, como cualquier producto cotizado con conllevará unas comisiones por operar, cánones del operador de bolsa y unos costes de custodia por mantenerlos en nuestra cuenta de valores.
¿Te apetece contarnos tu experiencia con los warrants? Estamos deseando leer tus comentarios.