Tras la resaca de las fiestas comienza le época de comenzar a planificar nuestras inversiones y la gestión de nuestro ahorro, y tras una pregunta realizada en un antiguo artículo sobre Renta Fija publicado aproximadamente hace un año.
En la pregunta realizada por un lector se nos consultaba si el rendimiento que proporcionaría un fondo de renta fija debería coincidir aproximadamente con la rentabilidad pactada por los productos de renta fija.
Generalmente cuando acudimos a una oficina bancaria buscando algo de rentabilidad para nuestros ahorros, en el caso de que la escasa rentabilidad ofrecida por los depósitos no nos contente, es muy probable que nos ofrezcan fondos de renta fija como producto sustitutivo, cuando realmente un fondo de inversión de renta fija no tiene por que ser siempre un producto conservador.
Siempre que escojamos un fondo de renta fija, además de cuestiones como la calidad crediticia de los emisores, tenemos que tener en cuenta dos variables:
– El periodo de tiempo que tenemos pensado permanecer en el fondo – La duración del fondo, como cartera compuesta por activos de renta fija
La primera variable, dependerá de vosotros, pero la segunda debéis buscar asesoramiento para conseguirla.
¿Qué es la duración? La duración de un bono, y por consiguiente de un conjunto de bonos o cartera, que al fin y al cabo es lo que son los fondos de renta fija, es un concepto quizá desconocido para algunos, pero muy importante si tenéis planteado inversiones en este tipo de instrumento. La duración, sin entrar en fórmulas matemáticas y excesivas complicaciones es el vencimiento medio de los flujos comprometidos por un instrumento de renta fija. En el cálculo de este concepto afectan cuestiones como el vencimiento del bono, el precio de mercado del mismo y la rentabilidad exigida por el mercado para ese bono.
¿Cómo me afecta la duración de una cartera de renta fija? Cuando invertimos en un instrumento de renta fija debemos adaptar la duración del mismo al marco temporal en el que queremos permanecer en ese fondo. Nunca debemos entrar en un fondo de renta fija, cuya vocación es mantener una duración de 10 años, si nuestro horizonte temporal es de 5 años. Si adaptamos la duración a nuestro horizonte de inversión reduciremos riesgos.
De una forma un poco cogida por los pelos, para no entrar en complicados detalles, tenéis que ver la duración como una medida de sensibilidad ante variaciones en los tipos de interés. Cuanto mayor es la duración, mayor sufrirá el valor liquidativo de nuestro fondo ante variaciones de los tipos de mercado.
De una forma más clara, pongamos un ejemplo, si nosotros entramos ahora en un fondo con un gran contenido de renta fija española. El tipo de interés exigido al bono español a 10 años ha caído del 4% en los últimos días. ¿Qué ocurre si la rentabilidad exigida en el mercado a la deuda española comienza a aumentar? Veremos minorado el valor de nuestro fondo, por lo tanto comenzaremos a tener pérdidas, cuando mayores cuanto mayor sea la duración del fondo.
Veamos ejemplos de fondos de inversión con distintas duraciones:
– Aviva Renta Fija FI: se trata de un fondo de inversión el cual invierte en bonos de renta fija, manteniendo la duración del fondo siempre por encima de dos años, por ello este fondo no sería recomendado para inversores con un horizonte temporal inferior a dos años.
– Bankia Fondtesoro Largo Plazo FI: en este caso en el folleto del fondo se nos informa que la duración media oscilará entre los 12 y los 24 meses, de ahí que un inversor dispuesto a mantener la inversión alrededor de ese periodo tendría más probabilidades de obtener una rentabilidad positiva.
– Aviva Corto Plazo FI: por el contrario este fondo invierte en activos con vencimientos mucho menores, por ello no sería recomendado tan solo para inversores con un horizonte temporal inferior a seis meses.
¿Tienes ahora las cosas más claras frente a los Fondos de Inversión de Renta Fija? Esperamos tus preguntas y comentarios