Probablemente, en los tiempos que corren la pobreza no sea algo de lo que hablamos en referencia al tercer mundo. La crisis que vive Europa ha hecho que el número de familias pobres en España se dispare poniendo muchas asociaciones y ONG’s el grito en el cielo por el asunto. Sin embargo, nuestro país no es la excepción a la regla, y la falta de liquidez en los hogares para los insumos básicos campa a sus anchas por toda Europa. El panorama se plantea como desolador, aunque entre tanta oscuridad siempre hay quien consigue encender una pequeña vela. Y precisamente con emprender desde la red hablamos hoy contándote el caso de Jack Monroe, una británica que pasó de ser pobre a ser famosa por sus recetas de cocina en tiempos de crisis.
Austeridad obligada en el hogar
Las recetas de austeridad de Jack Monroe puedes verlas en su blog, el cual ha logrado hacerla famosa en todo Reino Unido e incluso fuera de sus fronteras, porque es la protagonista de un artículo en el New York Times. Sus preparaciones culinarias se basan precisamente en aprovechar todas las sobras posibles e integrar en la dieta alimentos realmente económicos de modos poco habituales para conseguir una alimentación sostenible con un presupuesto familiar mínimo.
Todo esto gracias a su blog, el cual es mucho más que un simple recetario para cocinar en crisis. En él, cuenta también su historia de madre soltera con un niño pequeño al que resulta difícil explicar la situación económica que vivía su hogar. Y así fue como Jack Monroe se hizo famosa, y conquistó a todos los ciudadanos que de cerca o a través de amigos y familiares viven el drama de la pobreza. Ahora ella tiene un contrato por 40.000 libras para un libro que incluye buena parte de esas creativas ideas para los fogones con bajo presupuesto.
Y aunque la situación de esta madre haya sido una de las más duras, y nadie le haya dado nada hecho, ni tampoco hubiera comenzado en el mundo de los blogs e internet por negocio, al final del camino, la suerte y su esfuerzo le han dado muy buenos resultados.
Imagen | New York Times