En nuestra sociedad actual no es la primera vez que se pone de manifiesto el fraude económico que nos afecta a todos y que tiene que ver con el tema de la salud. No me refiero a la Sanidad Pública o a las muchas polémicas generadas por el copago y tasas asociadas a los servicios públicos en este caso, sino a algo que tiene que ver con el sector farmacéutico y que pese a ser un caso conocido, hasta que la justicia italiana ha intervenido a nadie parece haberle importado.
En el caso español, la OCU ya había dado la voz de alarma, pero por el momento, seguimos pagando 100 veces más por el mismo medicamento que podríamos conseguir de otro laboratorio por un precio mucho más bajo. Para los que no conozcáis el caso, me refiero a las dos patentes que se usan para combatir la variante húmeda de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). El de Novartis sale por 891 euros por inyección. El de los laboratorios Roche cuesta solo 8 euros.
¿Y por qué no solicitamos el de Roche sin más en la farmacia, o los médicos recetan éste a los pacientes? Pues el problema es más complejo y suena a pacto entre ambas compañías. Resulta que el único de los fármacos que tiene aprobada la receta para esa enfermedad es el que cuesta diez veces más. El segundo, aunque se sabe efectivo y solo faltaría el trámite de que su fabricantes lo solicitase para que pudiese venderse y recetarse en el mercado con el ahorro de costes que supondría. Pero de momento, no se han pronunciado.
¿No es raro que un laboratorio que conseguiría en nada hacerse con el mercado por su bajo precio no solicite un trámite sencillo? La industria farmacéutica está siendo más polémica que nunca con la crisis y por ciertas declaraciones, pero esto que te he contado no se puede llamar de otro modo que no sea estafa.
Imagen: jgoge
