El problema de la falta de liquidez hace ya tiempo que afecta de manera importante a la gran mayoría de familias españolas. Es por ello que se hace bastante común tirar de préstamos rápidos, de tarjetas de crédito y de préstamos al consumo que nos ofrecen las propias tiendas en las que compramos lo necesario para nuestra vida diaria. Sin embargo, de vez en cuando se pone énfasis desde las Asociaciones de Consumidores en el hecho de lo caro que nos sale la práctica, y precisamente hoy destacamos en Capitalibre los problemas de aplazar los pagos con tarjeta de crédito a través del último informe de las tarjetas de crédito de la OCU
Por lo general, y aunque habría que analizar la tarjeta de crédito concreta con la que queremos pagar o disponer de efectivo, las tasas de interés que ofrecen las tarjetas de crédito para aplazar compras no compensan. La tabla superior que te hemos mostrado en la imagen es un resumen de las más importantes del mercado, y como has podido comprobar, sale realmente caro utilizarlas con la modalidad de pago aplazado.
Lo ideal es usarlas solo en caso de emergencia, para importes muy pequeños, y si es posible, mejor dejarlas con la fórmula pago a final de mes, que en casi todos los casos está libre de intereses, y tan solo habrá que afrontar la comisión anual de tener el plástico. De ese modo, podemos garantizarnos que para cuando lleguen todos los pagos, la nómina, pensión o los ingresos que sean, ya estarán en el banco. Para necesidades puntuales de capital, es mucho mejor recurrir a un préstamo bancario, dónde la tasa que pagaremos será, con negociación y algunas vinculaciones, hasta tres veces más baja.
Aún así, está claro que la comodidad de la tarjeta de crédito es única. El dinero ya no tienes que solicitarlo. Esta ahí. Y con ello es que juegan los bancos al aplicar intereses como los que nos aplican en la actualidad.
Imagen: rahego