Los bancos han cambiado la manera de ganarse a sus clientes. Esto se da por dos razones. La primera de ellas por el desfase que se produjo en muchas entidades que hubo que rescatar con dinero público y la mala praxis que muchas entidades llevaron a cabo en tiempos de bonanza. La segunda, porque el consumidor se ha vuelto mucho más inteligente, y sabe lo que quiere. Así han nacido las cuentas bancarias con vinculaciones varias que ofrecen ahorro y servicios asociados a un consumo con descuentos. Pero aunque no lo parezca a simple vista, no son siempre la mejor solución.
De hecho, precisamente por lo que ha supuesto la permanencia en otros sectores como el de la telefonía, son muchos los clientes que reclaman productos que no tengan nada vinculado. Es decir, que te den unas condiciones sin nada a cambio. Este tipo de cuentas, también llamadas sin permanencia ni vinculaciones ofrecen ventajas que vale la pena destacar en un mercado en el que la oferta es enorme y a veces no sabemos por dónde elegir el producto que mejor nos conviene.
Ventajas de cuentas sin vinculaciones
Lo que ves es lo que hay. Aquí no hay trucos debajo de la manga. Las condiciones que firmas son y serán esas. Al menos hasta que el banco te notifique que se cambian por escrito. Y en ese momento puedes decidirte si te quedas con las nuevas, o te vas.
No pasa nada si cambian tus condiciones. Si te quedas sin nómina, si ya no tienes tantos recibos o no usas tu tarjeta, las condiciones de tu cuenta no mutan y nadie te cobrará por incumplir este tipo de vinculaciones.
Rentabilidad moderada. No ofrecen las promociones de otros para llamar la atención, pero es bastante habitual que la rentabilidad de algunos de estos productos esté entorno al 1%, que al fin y al cabo es lo habitual.
Te vas cuando quieres. Si hoy estás bien, pero mañana quieres cerrar la cuenta, no habrá comisiones ni penalizaciones por no cumplir el período.
Imagen: Joel Abroad
