La economía y sobre todo la ejecución de las medidas económicas tomadas desde el ámbito político parecen pasar una factura dura en la Unión Europea. Los malos datos que han arrojado gigantes como Alemania, Francia o Italia son una muestra de que el rumbo marcado por la ya famosa austeridad no es el correcto. Es más, la austeridad alemana no convence en Europa y cada vez son más los que pretenden hacerle frente al Berlín más exigente. De hecho, la dimisión del gobierno francés en bloque parece augurar cambios de posición importantes en nuestros vecinos galos.
Italia ya manifestó que no quiere que se le compare con España, y que ellos no son el patio rasero de las reformas de una Europa que ha perdido el rumbo en este intento de conseguir los objetivos marcados en un principio. Así que probablemente en los próximos meses veamos a una Francia y a una Italia unidas en un objetivo común: la lucha contra la austeridad impuesta desde la capital alemana. Algún país más también ha manifestado su intención de reclamar menos mano dura desde las políticas europeas ante sus socios, aunque España no parece estar entre ellos.
De hecho, en la última visita de Merkel a nuestro país parece que hemos sellado ese pacto con Berlín que aún no sé si nos traerá algún beneficio, pero que desde luego ha desatado las críticas en los países que más se han opuesto a la actitud austera de Alemania. Sabiendo que nosotros no somos una de las mayores economías, que nuestro desempleo está desbocado y la pobreza en máximos históricos no se entiende que queramos austeridad. Yo la verdad, tampoco lo entiendo. Pero habrá que esperar a los próximos meses para ver las posiciones de ese nuevo bloque que surge y el papel de nuestro país en todo esto.
Imagen: r2hox
