Solicitar ciertas cantidades de dinero, a día de hoy, es una opción más que asequible para muchas personas. Es cierto que la crisis económica sigue teniendo sus consecuencias, demasiado elevadas en casos como el paro general, y sobre todo el paro juvenil, y es por ello que en muchas ocasiones tendremos que recurrir al recurso de pedir préstamos rápidos y microcréditos.
Los microcréditos surgen de la necesidad precisamente de aquellas personas que se ven incapaces económicamente de hacer frente a la solicitud de un gran préstamo o préstamo medio, pasando estos primeros a un plano principal. En aquellos momentos donde necesitamos un pequeño impulso para comenzar un nuevo proyecto personal con el que conseguiremos posiblemente una mayor estabilidad económica, o para hacer frente a los pagos que debemos en un mes que no está siendo todo lo bueno que esperábamos, los préstamos rápidos y microcréditos se erigen como un soporte fundamental.
Las condiciones de estos préstamos son inferiores en cuanto a estabilidad económica requerida al solicitante, aunque por supuesto las entidades y empresas que operan con ellos se cubren las espaldas como es de suponer, y en muchos casos se establecen pagos fraccionados que van siendo entregados a medida que el usuario devuelva los primeros pagos. Para el caso de préstamos rápidos, podemos hablar de cantidades de entre 200 y 2000 euros, con múltiples plazos de devolución, aunque claro está, cuanto mayor sea el plazo en que tengamos pensado devolver el dinero, mayor será el incremento de intereses que deberemos devolver al finalizar el préstamo.
Con las navidades a la vuelta de la esquina, y familias que aunque no pasan por su mejor momento consideran que es una muy buena época para retomar el vuelo, sacudirnos de un mal año o un año mejorable, los préstamos rápidos y microcréditos pueden ser un balón de oxígeno sin ningún tipo de paleativo. Una decisión que realmente no necesita de tanta reflexión como un gran préstamo, una hipoteca y que nos dará esa tranquilidad para afrontar unas fechas donde el consumo, pero también el reencuentro familiar, marcarán la tendencia.