A la hora de contratar un seguro es esencial tener muchos factores en cuenta. No sólo hay que tener en consideración las cláusulas del contrato así como el precio de este, también es muy importante y sin duda es uno de los mayores problemas que sufrimos en nuestro país en tema de seguros, el evitar a toda costa los llamados infraseguros y sobreseguros, dos figuras que por desgracia son muy comunes en nuestro país y que a pesar de lo que muchos pueden pensar en un principio, son muy perjudiciales para el consumidor.
Infraseguro y sobreseguro: un problema que hay que evitar
El infraseguro se da cuando la suma asegurada de un bien es inferior al valor real de este. Dicho problema es realmente frecuente en los seguros de hogar, donde suele ser muy común dar una valoración a la baja del continente. Esto puede realizarse a conciencia por el asegurado por la simple razón de querer pagar menor por el seguro, pero también puede suceder por no haber actualizado el valor del bien, que con los años se suele incrementar.
Evitar el infraseguro suele ser bastante sencillo, ya que simplemente hay que comprobar el valor de lo que tenemos asegurado y tener la certeza de que es acorde a lo que realmente el bien cuesta. Por otro lado, nunca está de más que con el paso de los años vayamos comprobando si el valor de nuestro hogar o bien que hemos asegurado no haya aumentado en exceso –por ejemplo tras la realización de una obra o mejora en nuestra–, ya que en ese caso tendremos que notificar a nuestra compañía de seguros para que cambien la cobertura del seguro.
Por otro lado, el sobreseguro es todo lo opuesto al infraseguro anteriormente explicado. Se trata de dar un valor mucho mayor a un bien del que realmente tiene, es decir, dar una estimación mayor del valor real. Esto –al contrario que el infraseguro–, según la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones es totalmente ilegal, ya que pone al asegurado en una situación provechosa, y es que en caso de siniestro o accidente del bien, siempre saldrá ganando, recibiendo una indemnización mucho mayor de la que merece.
Si el sobreseguro se ha producido por error, es tan sencillo como que la compañía de seguros actualice el valor del bien, disminuyendo la prima. Por contra, si se demuestra que el sobreseguro se ha producido por mala fe del contratante, el contrato puede ser tomado como nulo y en caso de siniestro, la compañía podría retener las cantidades que se deberían de pagar.
En conclusión, el infraseguro y el sobreseguro son cada una a su manera, dos figuras que debemos evitar a toda costa a la hora de contratar un seguro. Cuando aseguramos un bien, por ejemplo nuestro hogar, es porque creemos que tiene un valor importante para nosotros, por lo que es esencial especificar con claridad qué es lo que se asegurada así como su valor real, ya que si no las consecuencias pueden ser muy perjudiciales para nosotros.