A primeros de agosto ya era noticia por no comparecer en el Juzgado alegando motivos de salud: una rotura en un dedo del pié le impedía el desplazamiento a Mallorca. Habiéndose remitido los informes oportunos a la jueza, finalmente, ésta determina que no hay motivos suficientes que justifiquen la no comparecencia ante la misma. Acto seguido, se dicta la orden de busca y captura al tiempo que se emplaza al empresario para una nueva comparecencia el 23 de agosto, es decir, mañana.
Antes de poder hacerlo, la policía lo detenía esta mañana en su domicilio de Somosaguas al tiempo que el empresario protestaba ”en España solo se arreglan las cosas con huelgas de hambre” y encontrándose en estos momentos en la Comisaría de Policía de Pozuelo de Alarcón -Madrid-.
Según la familia, esta detención les ha sorprendido preparándose para desplazarse a la isla para cumplir con la citación, a la que Jose María acude como acusado. Por tanto, al empresario ha empleado uno de sus más típicos recursos, el de crear polémica en los medios, asegurando ante las cámaras de la cadena Cuatro:
El señor Botín tendría que acompañarme. Si san José María Escrivá de Balaguer viviera esta barbaridad no ocurriría
El portavoz de Ruiz-Mateos ha calificado de “extrema” la medida adoptada por la magistrada, ya que afirmó que el empresario tenía los billetes de avión para viajar a Palma a comparecer ante la juez.
En dicha querella, se acusa a los Ruíz-Mateos de un presunto delito de alzamiento de bienes por vender parte de los activos de una de las empresas familiares que poseía una deuda con el demandante a la sociedad Clesa -empresa del grupo Nueva Rumasa-, afirmando que con esta operación se está obstaculizando su posible embargo. Cierto es que a priori parece que están queriendo salvar el patrimonio ante la posible decisión del juzgado mallorquín. En cualquier caso, seguiremos pendientes de la evolución de los acontecimientos, más bien propios de una telenovela de sobremesa.