La semana ha pasado con cierta tranquilidad, la prima de riesgo se ha mantenido contenida. La decisión del Tribunal Constitucional alemán de aprobar la creación del fondo permanente de rescate, junto con la decisión de la Reserva Federal Estadounidense de crear un nuevo programa de compra de deuda ha impulsado las bolsas europeas, haciendo que el IBEX cierra la semana en 8.153,5 puntos, con un incremento del 2,75% el pasado viernes marcando el cierre más alto de la semana. El efecto también se ha visto sobre la prima de riesgo de la deuda pública española, la cual ha llegado a bajar de los 400 puntos básicos siendo el interés del bono a diez años del 5,6%.
Pese tener una semana relativamente tranquila las aguas siguen turbulentas y el rescate total español prácticamente se da por descontado, la senda se vuelve peligrosa y la deuda pública española llega al nivel más alto de su historia suponiendo esta el 75,9% del PIB, esta cifra puede no parecer tan elevada comparada con la de otros países, el problema es la desconfianza del mercado y el camino que está recorriendo el país, este porcentaje de deuda en época de bonanza probalmente no supondría una alerta.
El mercado prácticamente da por hecho el inevitable rescate de España, de hecho el presidente del Banco Central de Austria ha declarado públicamente que España debería pedir oficialmente el rescate. Pedir o no el rescate total está en manos de los gobernantes de este país, pero antes o después parece que será la única salida, quizás se intente retrasar lo máximo posible esta decisión por el coste electoral que la misma puede suponer, pero la enfermedad cuanto antes se cure mucho mejor, y tras el rescate vendrán nuevas restricciones presupuestarias.
Para intentar recaudar mayores impuestos y vetar a los especuladores, el mercado planea un cambio de tributación en las operaciones sobre acciones con duración inferior a un año. La reforma de la fiscalidad de las plusvalías se inclurá en los presupuestos de 2013, y aquellos que vendan las acciones en bolsa el primer año tributarán por estas ganancias patrimoniales al tipo marginal de su IRPF el cual puede llegar a ser un máximo del 56% en Cataluña. De momento no se ha aclarado si esta penalización fiscal se extenderá a otros instrumentos financieros basados en acciones como podrían ser los derivados. También se incluirá en esta medida las ganancias obtenidas con la compra-venta de inmuebles. El problema de esta medida es que le afectará a los contribuyentes españoles, cuando los inversores extranjeros son aquellos que más buscan la especulación en el mercado español.