China aplica técnicas del arte de la guerra a los mercados libres occidentales

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China se ha revelado con el fenómeno económico más importante de las dos últimas décadas, y detrás de su incalculable atractivo como destino de cualquier estrategia de expansión internacional se esconde un poder de igual magnitud. En este artículo se hacen una serie de reflexiones de cómo China se ha convertido en un posible origen de todos los males actuales, una posible vía de solución, y su meditado modelo de expansión internacional. En silencio, y aprovechando las propias debilidades de los mercados occidentales, espera pacientemente para producir el gran salto que nos puede dejar atónitos. Sin duda, es la máxima expresión de un modelo de negocio exitoso.

China es mucho más que una potencia emergente

El presente artículo podría verse desde el prisma de un caso práctico de éxito empresarial, a modo de estudio en alguna escuela de negocios. Yo siempre he mantenido la postura de considerar a un estado como si una gran empresa se tratase, así que espero ser coherente al establecer tal comparación. Por supuesto, las diferencias entre estado y empresa son amplias, pero en un ejercicio de simplificación conceptual, aproximo las posturas. Al fin y al cabo, no soy un visionario acerca de este tema.

Como caso de éxito en la estrategia financiera voy a realizar un breve recorrido sobre ese nuevo mercado al que cualquier empresa gustaría hincar el diente, la empresa llamada China. Resurge en el siglo XXI, quizá finales del XX, como uno de los mayores acontecimientos socio-políticos y económicos jamás vistos. Las diferencias respecto del mundo occidental son muy claras, y asimétricas, dictadura frente a democracia, modelos de organización de mercados libre, frente a los regulados y cerrados, libertad de expresión frente al control férreo del Gobierno chino, bienestar social frente a dumping social. Desde la perspectiva financiera y social, estas posturas parecen y son irreconciliables y, desde el mundo occidental, inaceptables pero ¿quién se atreve ponerle fin?

Impresionante poder de las exportaciones chinas Para muchos de nosotros, de los cuales intento excluirme porque no soy cliente directo de los bazares chinos, estos establecimientos son un refugio ante la crisis, precios baratos, surtido, disponibilidad horaria… No hace falta más que darse un paseo por cualquier ciudad y barrio y veremos como aparecen ante nosotros un sinfín de establecimientos de este tipo. Si analizamos la mercancía disponible, veremos que tiene las siguientes características: precios ridículos, artículos manufacturados en China, establecimientos regentados por chinos, atendidos por chinos y donde se paga en Euros. Si continuamos aguas arriba en la cadena de valor -opino que es cadena de “no-valor”, pero voy a ser exacto en la terminología- observaremos que los proveedores son chinos, las cadenas logísticas y nodos de suministro son chinos y la procedencia es China. Voy a obviar los aspectos de calidad y otros atributos que refuerzan una marca y centrar la visión en lo que nos atañe, la económica. Siguiendo con el rastro desde el establecimiento, esta vez _ aguas abajo_, observamos que el cobro se hace en efectivo y en euros, y todo este dinero, convertido en divisa acaba retornando a bancos chinos, y de ahí viaja hacia China. Por mucho menos a España y a los emprendedores españoles los han expulsado de ciertos sectores primarios.

Todo un reto. China se ha convertido en un gigante, no sólo como prospecto para nuestras empresas europeas, sino en todo un proveedor y, atención, peligroso fiador. Este fenómeno no es tan acuciado en otros países del norte europeo, quizás porque valoran mucho más otros aspectos distintos de la variable precio. Ahora vamos a encaminar nuestros pensamientos al mercado americano, concretamente a Estados Unidos.

China no es el lejano Oriente Contraviniendo cuanta teoría económica haya, los Estados Unidos han logrado mantener unos intereses muy bajos durante largos períodos, estimular la demanda y bajar el desempleo, aumentando la demanda global y sin afectar demasiado a la balanza de pagos por cuenta corriente manteniendo el tipo de cambio y con una gasto público muy grande. Si esto contradice tanto la teoría neoliberal, como la opuesta, ¿cómo se puede explicar este fenómeno? Pues simplemente, gracias a China, porque desde hace algunos años los excesos crediticios se han garantizado mediante la ingente compra reiterada, y garantizada, de deuda pública por parte de China, quien hace de estabilizador y catalizador. Gracias a ello, y a una brillante acción de emparejamiento de conversión de divisas, Yuan versus Dólar, China ha comprado deuda, y ha fomentado que la economía americana se recupere, con un descenso de la tasa de desempleo y aumento del gasto público. Para USA, China se ha convertido en su salvavidas, al tiempo que puede acabar en su verdugo, puesto que es la mayor fuente de financiación actual y tiene el poder, en un momento dado, de cerrar el grifo a la orgía consumista que tanto nos gusta.

Aun así, nuestros queridos norteamericanos, han sabido sobreponerse a unas condiciones muy adversas, siguen mostrando cifras de crecimiento positivas, y su estrategia podría revolverse, dado que aún gozan de un alto poder de decisión autónoma. Fijémonos en Europa, donde la situación es totalmente contraria. Ante la dicotomía de decisión de lucha contra el desempleo o contra la inflación y la deuda, Europa, o más bien Alemania, ha impuesto unas reglas de juego en las que la prioridad es la deuda y el gasto públicos. Vuelvo a mencionar que las medidas contra la deuda son antagónicas a las que intentan mitigar el desempleo. Por lo tanto, gracias a la presión americana, dominada por los chinos y a las incorrectas políticas de austeridad, los países europeos acrecentan su tasa de desempleo, con las consabidas consecuencias, caída de la demanda global, subida de impuestos, y bajada de las exportaciones. Ya lo dijo Obama, y les propongo un símil, si voy en paracaídas con exceso de peso y llevo conmigo un capón de 20 kilos, el único alimento, antes que soltar el paracaídas, suelto al capón, siempre habrá posibilidades de buscar posterior alimento en tierra. En Europa estamos ejecutando justamente lo contrario, aligerar desde la vertiente productiva -el paracaídas-, lo cual hará que pesemos y debamos menos, pero caigamos más rápido. No, no me he desviado del tema, ni me he olvidado de China. Ante este panorama, ¿qué está haciendo este país, que llaman “emergente? Comprar deuda española, poca, pero suficiente para que nuestra prima de riesgo no se dispare demasiado y nos ahogue lo suficiente, inundar nuestro mercado de productos chinos, establecer bancos chinos, sólo para chinos, y lo más preocupante, adquiriendo conocimiento y empresas altamente tecnificadas a unos precios altísimos que invitan a la venta, como paso posterior tras la adquisición de la extracción de materias primas en otros países más ricos en recursos. Es decir, de forma totalmente aprovechada, pero totalmente planificada, China es unos de los mayores productores, y propietarios, sino el mayor, de muchas de las reservas naturales del globo.

La potentísima moneda china Entonces, tenemos por una parte a China en su vertiente banquera para Estados Unidos, siendo el garante de la orgía prestataria, y por otro, un gran proveedor y poseedor de recursos, materias primas, tecnología, fondo de comercio y capital empresarial, con estrategias bien diferenciadas geográficamente. El resultado, que es lo que realmente buscan a largo plazo, es, un control creciente de los mercados a los que tradicionalmente no tenían acceso, ni calidad para competir ni para conseguir ventajas competitivas a largo, la guillotina francesa preparada si USA cambia de proveedor de deuda, y la mayor reserva de divisas jamás imaginada, con la que seguramente podrá comprar los países o bloques de uno en uno y sin negociación posible.

¿Alarmante, verdad? Yo más bien diría, impresionante, en silencio, poco a poco, aprovechándose cual sanguijuela de su huésped, y aplicando los principios orientales del arte de la guerra (sigilo y paciencia), China lejos de ser un buen proveedor, pronto puede convertirse en nuestro propio jefe, dueño y señor. Ha encontrado las debilidades de su rival, ha aprovechado sus fortalezas y desplegado sus recursos. No lo demuestran ni fomentan en su interior, pero se han estudiado muy convenientemente la teoría de marketing estratégico moderno y cómo funcionan los mercados libres occidentales, esos mismos que no permiten en sus clientes domésticos. Y mientras en España y Europa aplicamos las obligatorias medidas de austeridad, nuestro paro crece, nuestra necesidad de precios bajos crece (demanda china aumenta), la demanda global se desploma, los impuestos suben y todo se vuelve más ilógico. Porque Alemania bien sabe que estas medidas no le afectan negativamente, al contrario, son la aplicación más racional de un neoliberalismo, pero porque ellos no sufren el desempleo. China, origen y salvación, pero con un riesgo muy elevado en el medio plazo.

Archivado en Bonos del Estado, China, Curiosidades, Evolución económica, Marketing, Mercados financieros, Poder
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Comentarios (14)

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  • Fernando dice:

    El artículo es verdaderamente interesante. Muy bueno!

  • Alfonso Palomino dice:

    Saludos. Me gusto mucho el articulo, pero me gustaria, si es posible, que me explicaras la teoria que defiende la austeridad para lograr la salida a la crisis, entiendo que es opuesta a la teoria keynesiana. Gracias.

  • Pablo Fariña dice:

    Muchas gracias por su comentario. Mi opinión es que ni la políticas neoliberales puras ni las keynesianas puras tiene que ver con esta mal llamada austeridad que se nos aplica. Yo no defiendo esa postura, sino la contraria. Las medidas interesadas no son más que un interés hacia la asfixia del contribuyente, la enorme presión fiscal no hace más que hundir la demanda global es sus variables de consumo, inversión e interés. El gasto público hace el resto. En otros artículos publicados defiendo la idea de un recorte de la elefantiásica estructura de Estado que tenemos, que es lo que nos puede ayudar a salir de este enorme agujero. Incentivar el consumo, etc, pero nunca austeridad impuesta al mismo, al ciudadano de a pie. Esta estrategia bien interesada de “Europa”, y mal seguida por nosotros, no hace más que reducir la capacidad productiva, véase el símil del avión. Seguir en esta senda es caer en las fauces de intereses muy ajenos a los españoles, y como también he escrito en otra publicación, es una novedosa forma de conquistar territorios, con los silenciosos ejércitos monetarios. Espero haberle aclarado su cuestión, de no ser el caso, estaré encantado de abrir un interesante debate. Muchas gracias por leernos y opinar. Un atento saludo.

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