La crisis cada día nos hace más pobres, incluso en cuestiones en las que ni siquiera nos paramos a pensar, si una familia construyera su balance, la parte que más ocuparía de su activo estaría compuesto del valor de su vivienda, si esta es en propiedad, y en su pasivo estarían todas las deudas, la diferencia entre el activo y el pasivo sería lo que denominaríamos patrimonio neto. ¿A donde quiero llegar con esta reflexión?** La caída del precio de la vivienda hace más pobres a los propietarios de la misma, y si sus deudas superan al valor de la vivienda, se podría decir que están en quiebra técnica**.
Desde el comienzo de la crisis y el estallido de la burbuja inmobiliaria, el precio de la vivienda no ha dejado de reducirse. La tendencia bajista en los precios, la falta de financiación, la desconfianza en el futuro, la inestabilidad laboral, y un largo etcétera de razones están haciendo que sea más complicado vender un piso, que encontrar una aguja en un pajar. La industria del ladrillo, uno de los motores que ha catapultado a este país a las épocas de ”España va bien”, es uno, de los muchos, causantes de todos los males que nos toca vivir hoy en día.
Según nos informa la sociedad de tasación Tinsa, en el descenso interanual medio al finalizar el mes de noviembre se situó en un 12,3%. El descenso acumulado desde el máximo de 2007 es de un 33,7%.
El máximo descenso interanual se concentra, como es lógico, en la costa mediterránea, con una tasa de descenso interanual del 15,2%. La promoción inmobiliaria sin escrúpulos está pagando los platos rotos.
Sumado el mal momento económico a la eliminación de los incentivos fiscales y la subida del IVA en la vivienda nueva del 4% al 10%, parece complicado que vaya a mejorar la cosa en el corto plazo.
A esta me gustaría añadir la siguiente reflexión, un descenso de más de un 33%, sobre el precio de 2007, ¿es suficiente?. Una forma de medir si el precio de la vivienda es lógico, es ver el esfuerzo que nos costaría el adquirirla, para ello un buen indicativo, es el número de años que tendríamos que dedicar nuestro salario íntegro, teniendo en cuenta que el salario típico (es decir, el que más se repite), es de 16.500 €, el precio medio de una vivienda en una de las ciudades que más barata es la vivienda, como Toledo, según la información proporcionada por Fotocasa, rondaría los 108.000€, la división es sencilla, necesitaríamos alrededor de 6 años y medio de nuestro salario íntegro (sin comer, ni beber, ni respirar…) para pagar la vivienda. En el caso de que vivamos en una ciudad como Madrid, y tengamos un sueldo cercano al sueldo típico español… nos quedaríamos sin comer, beber, ni respirar muchísimos más años.
¿Es viable el precio de la vivienda, tal y como están los sueldos en el mercado laboral?
La constitución de la SAREB, también conocido como Banco Malo, ¿hará que se sostenga el precio de la vivienda de forma artificial?
Os invito a comentar y aportar vuestras reflexiones.