Cuando hay problemas es conveniente aunar fuerzas. No es el caso si hablamos de la crisis del euro y los vecinos británicos, que es algo que tiende a la desunión, como por ejemplo en Escocia. En España tenemos el ejemplo con Catalunya; que no tan solo ha aflorado el sentimiento nacionalista si no que ha visto en la secesión una clara oportunidad de viabilidad económica a largo plazo por la contundente y profunda crisis en el estado español.
En el caso que concierne al artículo, los vecinos británicos han combinado el sentimiento nacionalista –de manera sutil- y aquel sentimiento de colaboración, esfuerzo y progreso en continuar siendo el centro financiero europeo y seguir colaborando con la Unión Europea (UE). El segundo, se ha tambaleado de manera contundente al aparecer la grave crisis económica y la ahora crisis del euro. El posible retorno del dracma griego y la posible exclusión del país heleno hicieron tambalear y poner en tela de juicio la capacidad económica y autoritaria del poder de la Unión Europea; la salida de Grecia no tan solo implicaba la ruptura de Europa sino que desanimaba y hacía peligrar al inversor extranjero que pensaría dos veces sobre si invertir en una UE que excluye a aquel que a la mínima su engranaje financiero tiene problemas con su deuda soberana. En épocas de vacas gordas el conflicto político y económico entre Reino Unido y UE era menor; Reino Unido se beneficiaba de la buena acogida del centro financiero de Londres.
¿Cuáles son las intenciones de cada parte?
El primer ministro británico David Cameron ha aflorado y potenciado ese sentimiento nacionalista estableciendo y dictaminando un referéndum sobre la posible secesión de Reino Unido de la UE antes del 2018. No obstante, su posición se basa en la permanencia de Reino Unido a la UE; esa posición le ha hecho ganar cinco puntos en su partido conservador, los “tories” frente al partido laborista o el UKIP (United Kingdom Independence Party), partido que pide la salida de la UE y que ha bajado cuatro puntos según encuestas de dos dominicales británicos. El primer ministro británico aclaraba en la cumbre de Davos, organizada en Suiza, que sus intenciones son claras y se basan en alcanzar una Europa más competitiva, abierta y flexible. En otras palabras, Cameron busca repatriar de Bruselas a Londres las competencias.
Así como Cameron y el Reino Unido quieren más competencias en Londres y más poder fiscal y financiero, lo que la UE pretende es un supervisor único financiero avanzando así a una unión bancaria; los británicos se oponen rotundamente.
Ante una posible secesión los empresarios británicos temen por su exportación a la UE y el posible aumento de trabas fiscales. La intención secesionista fue aún más contundente cuando el diario británico “The Observer” mostraba que con un 56% de los encuestados se posicionaban a favor de la secesión de la UE. Cameron ha proseguido esa intención y la ha alimentado con el referéndum convocado para antes de 2018, para así remontar una popularidad cada vez más afectada. Una utopía histórica que podría verse cumplida, aunque los analistas creen poco probable. Se abre pues, un paralelismo bastante contundente con Catalunya.
¿Qué consecuencias traería la secesión de Reino Unido de la Unión Europea?
Los beneficios que comporta esta secesión de la UE implican un ahorro anual de 7.000 millones de euros en conceptos de contribuciones a la UE. Los costes que acarrearía protagonizarían un descenso del poder de la City, pérdida de puestos de trabajo (se estiman 3 millones de empleos) por perder el protagonismo financiero. Londres ya no sería el centro financiero de Europa y las exportaciones se verían afectadas por las dificultades que surgirían. Un lastre para la enriquecida City y el Reino Unido, que ante una crisis de carácter europeo mermaría las posibilidades de solución ante el conflicto económico de la UE.
Estimado Cristian,
La City, el centro financiero de Londres, siempre ha sido uno de los principales lugares financieros del mundo, mucho antes incluso de entrar en la Unión Europea. Precisamente, es esa defensa de su principal sector, que en 2008 (siento no tener datos actuales a mano), suponía el 28 % de su economía, la que está dirigiendo la actuación de David Cameron.
El no aceptar el supervisor bancario y la unión bancaria que se proponen desde Bruselas, es más un acierto que un error. No creo que pasar por el aro comunitario en este terreno, suponga un inconveniente para Londres.
Hola Alberto,
Discrepo en tu segundo punto. Ya que es un claro inconveniente para la City,
Aquí lo tienes,
“Londres, el gran obstáculo para el supervisor único bancario”
http://www.abc.es/20121113/economia/abci-union-bancaria-eurogrupo-201211131356.html
Claro Cristian, según tu propia noticia: “La industria bancaria británica representa un 10% de su PIB nacional.” Es decir, si Europa está en el mapa de los grandes movimientos financieros es por Londres, suculento plato al que los burócratas europeos están deseando hincar el diente.
Ninguna otra plaza financiera de los países de la zona euro alcanza la importancia a nivel mundial de la city, la cuál seguirá conservando su importancia aún en una posible salida de la U.E.
¿Tu crees? El potencial de la City es bastante contundente; no gracias a la UE si no alimentada por la UE. La crisis del euro y la hecatombe de confianza mermada por la especulación de la deuda soberana o los malos datos macroeconómicos de los PIGS han hecho tambalear ese potencial europeo. No obstante, Europa tiene capacidades suficientes -no tan solo por el mago Draghi, que hace subir el pan o bajar el dollar- si no, por el hecho de ser una alianza política, económica y financiera estable; a largo plazo, totalmente viable. Con el engranaje alemán y las finanzas inglesas, la UE puede conseguir alcanzar sus objetivos.
Es decir, que el potencial británico de Londres no hace más que alimentarse de la UE y su capacidad económica. Dudo que a Cameron le convenga insistir en esta crispación y negociación o diálogo fallido; quiere un traspaso de poderes, pero no se si seria posible con una amenaza -o farol- de secesión europea.
El truco está en que la economía del Reino Unido no ha sufrido los reveses de no pertenecer al Euro. Por supuesto sobra decir que tiene más que ganar siendo parte de la UE que fuera, pero lo que hay que preguntarse es qué tipo de Unión Europea queremos y yo, personalmente, la que Francia y Alemania intentan imponer, no me gusta. Yo no quiero un gigantesco estado interventor europeo, y por lo visto, el Reino Unido tampoco.
Un saludo.