Cuando hablamos de troika nos referimos al Banco Central Europeo (BCE), al Fondo Monetario Internacional (FMI) y por último, a la Comisión Europea (CE). Estas tres instituciones, se ‘unieron’ para poder reforzar la economía de los países de la zona euro. El BCE, el FMI y la CE ostentan un poder notorio en todas las políticas macroeconómicas de la Unión Europea.
El desarrollo y funcionamiento de los mismos países de la UE, requiere la aprobación y supervisión de dichas organizaciones. ¿Qué implica? Que la independencia política y económica de un país pasa a un segundo plano. Las pautas a seguir en previsiones macroeconómicas son dictaminadas por la troika y no por el propio estado. Esto hace que los países apliquen unas políticas económicas correctas, pero a lo mejor excesivas; el margen de maniobra de un estado pasa a ser casi nulo en favor del poder de la troika. Esto significa que la independencia de un estado se ve reducida, pues requiere de la aprobación de la troika para dictaminar las pautas de su política económica y de financiación con el resto de estados y la UE; independientemente de que dichas políticas económicas en tiempos de crisis lleven a un estallido social.
¿De dónde viene?
Hagamos un repaso muy breve. Su origen se data del siglo I a.C. y surge en la antigua Roma. Aunque la palabra en cuestión tenía otra acepción: el triunvirato (trium [tres] y vir [hombres]). Éste, se refería a términos de materia política, en concreto, a las alianzas que se formaban por tres personas. Después de esas alianzas que se vivieron en la antigua Roma, un precedente de la troika se vivió en la Unión Soviética. Con el objetivo de derrotar la izquierda revolucionaria rusa, Zinoviev, Kamenev y Stalin se unieron formando la primera troika en la sociedad moderna. En este caso, la palabra cambió de triunvirato a troika, refiriéndose a su etimología rusa formada por (troe=tres) y el diminutivo (ika).
España, un quebradero de cabeza
Desde el 2007 y el inicio de la crisis, la política financiera que tenían que llevar a cabo los países donde más había afectado la crisis, la ha determinado la propia troika. Hablamos de los acuñados PIIGS (del inglés, cerdos); Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España. La propia cuña satírica no vino con la crisis, ya tuvo su origen en los años 80 cuando dichos países entraron en la zona euro y los analistas ponían en duda su capacidad económica para afrontar el nuevo proyecto común que suponía la entrada de éstos en la Unión Europea. El tiempo les ha dado la razón. Son los países que más están quebrando a la cabeza a la troika y a la UE. El peso de dejarlos caer, que abandonaran el euro y que volvieran a su antigua moneda tendría un coste terrible para la UE y el propio estado.
¿Qué sucede actualmente?
Cada organización representa una visión diferente. Mientras que el BCE y la CE presenten una visión conjunta y paralela, el FMI ve algo muy diferente. El FMI predica políticas a favor del crecimiento y en contra de la austeridad, el BCE y el CE, señalan todo lo contrario ya que plantean que la austeridad no tiene alternativa. No obstante, el divorcio es inminente y ya plantean un posible fin de la troika. Crecimiento vs. austeridad. La eterna duda… ¿Qué será lo correcto?