Según un estudio de Canalys, durante el primer trimestre de 2013 las descargas y compras de aplicaciones para móviles aumentaron un 11% con respecto al cuarto trimestre de 2012, realizándose más de 13.400 millones de descargas y generando unos ingresos de más de 2.200 millones de dólares (unos 1.669 millones de euros), un 9% más que el anterior trimestre.
Pero, ¿qué o quién está detrás de todos estos ingresos por las descargas/venta de aplicaciones? Evidentemente la respuesta es simple: el desarrollador de la aplicación, pudiendo llegar a convertirse esta actividad en un próspero negocio, por supuesto dependiendo de las capacidades y las aptitudes del creador. Veamos cómo funciona el negocio.
En principio podemos decir que existen los siguientes tipos de aplicaciones, los cuales generan sus propios ingresos:
– las de pago y las demos – las gratuitas con anuncios – con suscripciones
De pago y demos
En este caso el usuario paga una cantidad determinada por adquirir la aplicación en cuestión. Evidentemente aquí los ingresos vienen determinados por el importe a abonar. También aquí podríamos encuadrar el modelo de las “demos”, que consiste en que el usuario se baja totalmente gratis la aplicación en cuestión, pero siendo funcional sólo durante un tiempo, pasado el cual se debe comprar la misma para tenerla totalmente funcional.
Gratuitas con anuncios
En esta categoría se encontrarían aquellas apps que son totalmente gratuitas para el usuario. A cambio deben soportar algún tipo de publicidad en la aplicación. El negocio aquí viene dado porque la empresa anunciante paga por insertar su publicidad en el programa. Así, cuanta más difusión tenga una app y más se descargue, más pagará el anunciante por insertar su publicidad y más ingresos generará.
Con suscripciones
En este modelo la aplicación se la puede descargar el usuario de forma totalmente gratuita, debiendo pagar una suscripción periódica para el uso de algunos servicios, viniendo de ahí los ingresos.
En cualquier caso, todas las opciones funcionan de forma similar: los ingresos generados por la aplicación en cuestión se dividen entre el desarrollador y la compañía correspondiente (las que se reparten la tarta en su mayoría son Google, Apple y Microsoft).
Las comisiones que ofrece Apple a los distintos desarrolladores está en función del precio de la aplicación, estando el porcentaje alrededor del 61%, siendo el resto para la compañía de la manzana. Respecto a la propietaria de Android, el porcentaje que paga a sus editores se sitúa en el 68%. En cuanto a Microsoft, éste porcentaje será del 70% o del 80%, dependiendo de si generan ingresos por importe superior a los 25.000 dólares o no (aprox. 19.000 euros).
Sea como fuere, lo primero que el desarrollador debe determinar es cómo va a ofrecer su aplicación, si gratuita o de pago. Por otra parte, la mitad de los ingresos generados por las aplicaciones están en manos de 25 compañías, lo que significa que la competencia en este campo es realmente dura, siendo los mejores los que podrán obtener ingresos suficientes para considerarlo un negocio próspero.
Por supuesto no hay que olvidar cumplir con Hacienda, para la que los ingresos derivados de las aplicaciones informáticas se consideran actividad empresarial, por lo que nos tenemos que dar de alta como empresarios en Hacienda, debiendo liquidar trimestralmente la declaración de IVA correspondiente.
