El nuevo anteproyecto de ley para el Fomento y la Financiación Empresarial al que el pasado viernes dio luz verde el Consejo de Ministros incluye una regularización a la fuente de financiación alternativa conocida como crowdfunding.
El crowdfunding o micromecenazgo es un sistema de financiación colectiva con el que se financia un proyecto mediante las aportaciones de los usuarios. Este sistema suele ser utilizado, cada día más, por las empresas en sus fases iniciales.
El pasado mes de octubre, tanto la Unión Europea como Estados Unidos comunicaron que se encuentran estudiando la forma de regular este tipo de financiación. A día de hoy no existe ningún tipo de legislación que regule este sistema de intermediación financiera a través de Internet. El Ministerio de Economía, por su parte, quiere aprovechar la nueva Ley de Fomento de la Financiación Empresarial para regular el crowdfunding de forma definitiva en España.
Las opciones que está barajando el Gobierno son las de limitar las las inversiones por proyecto a 3.000 euros y por plataforma a 6.000 euros, siendo el importe máximo a financiar de un millón de euros. Además, las nuevas plataformas deberán poseer un capital social mínimo de 50.000 euros; en caso contrario, deberán disponer de un seguro de responsabilidad civil con una cobertura anual de 150.000 euros.
Como podemos observar, existen dos tipos de límites. El primero de ellos, el límite de inversiones individuales de 3.000 euros para proyectos y 6.000 euros para plataformas, es un límite demasiado bajo para algunos fondos de inversión. Tampoco hay que olvidarse de la figura de los Business Angels, los cuales también se verán más limitados si no pueden invertir aquello que crean conveniente; cerrando el flujo de financiación de nuevos proyectos.
En cuanto a la limitación de un millón de euros, es cierto que ningún proyecto español ha necesitado recaudar tal cantidad de dinero. No obstante, en un momento como el actual no es inteligente poner trabajas a la financiación ya que necesitamos de todos y cada uno de nuestros nuevos proyectos.
Sin embargo, el borrador se refiere a proyectos destinados a “una pluralidad de personas físicas o jurídicas que esperan obtener un rendimiento monetario con la inversión y que no inviertan con carácter profesional”. Si tenemos en cuenta que no en todos los tipos de crowdfunding las personas que invierten en el proyecto esperan obtener un rendimiento monetario, por lo que esta nueva ley no limita a todos los crowdfunding.
No parece ya que la Ley no vaya a seguir adelante, puesto que el Gobierno espera tenerla aprobada para finales de verano. Aún así, sería bueno para todos que se establecieran unos límites más permisivos.