Probablemente hayamos dejado atrás todas aquellas campañas de apagón analógico que intentaban explicar a grandes y pequeños que era aquello de la televisión del futuro. Sin embargo, lo que nos vendieron estaba lejos de ser una verdadera evolución pionera en Europa. De hecho, España, fue uno de los primeros países en dar el salto a lo digital, y aunque en algún momento llegué a sentirme orgullosa de ello mientras en Italia por ejemplo todavía estaba el formato tradicional, hoy toca arrepentirse de lo dicho. Lo hicimos casi todo mal.
Hace tres años se produjo una re-sintonización de las antenas por un cambio en el espectro y para ajustarse a las normas europeas. En aquel entonces, ya Europa advirtió que si el coste inicial fue asumido por el ciudadano, los siguientes cambios deberían ser sufragados por el Estado. El plan del ejecutivo anterior era ese, porque es ahora cuando las televisoras deben abandonar las frecuencias de 800MHz para cederlas a la telefonía. Y para ello la Administración Central había ya recaudado el dinero. Pero ese dinero ahora ya no se usará para dicho fin. Y será el ciudadano quién pague de nuevo, aún tras la decisión europea y ser a todas luces incoherente.
La factura que tocará abonar por viviendas en comunidades de vecinos, que son las que harán frente a este gasto varía según quién sea el que lo estime. Según el ejecutivo pagaremos unos 23 euros por vivienda. Según las propias televisoras, la factura podría alcanzar tranquilamente los ¡200 euros!.
A todo esto, cabe recordar que el gobierno “olvidó” pronunciarse sobre el espectro actual y una decisión judicial hará que en mayor desaparezcan varias cadenas de la actual TDT. La Sexta 3, Nitro, o La 9 entre otras. Al final, al ciudadano le tocará abonar la enésima factura por la misma cosa, y encima tiene menos canales. Y todo, por no hacer las cosas bien…
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