Los depósitos en especie son aquellos que ofrecen al cliente, en lugar de una remuneración económica fija o variable por su dinero, un producto a elegir en un catálogo específico. Aunque en España no son la gran mayoría de los que se ofrecen en el mercado, y esta fórmula se ha usado más comúnmente para cuentas con permanencia y con algún servicio asociado a ésta, todavía hay entidades que lo ofrecen.
Ventajas de los depósitos en especie
En realidad, la ventaja más llamativa de estos depósitos que ofrecen remuneración en especie es precisamente la de entregar al cliente un producto que desea aún antes de que finalice el plazo que firmará de permanencia de sus ahorros en la entidad. El tiempo es un factor clave. Con este sistema, tenemos lo que deseamos nada más formalizar la firma.
Por lo general los productos que se ofrecen como “regalo” con este tipo de depósitos suelen ser de entre los más deseados por el público y la tecnología funciona como un gran gancho en este tipo de promociones.
Desventajas de los depósitos en especie
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Cuando firmamos uno de estos depósitos en especie, hay que tener en cuenta dos desventajas que se consideran las más importantes a la hora de pensárselo dos veces. La primera de ellas es la relativa a la permanencia y penalizaciones. En ningún caso se va a poder retirar el dinero antes del plazo. Y si se hace, como lo que nos han “pagado en especie” no lo aceptarán de vuelta, supondrá altas comisiones.
La segunda es la relativa a la retención IRPF. Al ser un pago en especie, se hace sobre el valor total de éste, y tendremos que abonarlo en la cuenta para que se puede hacer el pago a Hacienda. Puede lo recuperes, pero tienes que pagarlo antes.
Ya por último indicar que por norma general la remuneración de los depósitos en especie es baja. Y si echamos bien las cuentas, con el mismo dinero, y en el mismo tiempo, podemos usar los intereses de un depósito normal para comprarnos el producto que nos ofrecen con menos ataduras.
Imagen: Gonmi
