No es ningún secreto que la vendimia francesa es un generador de puestos de trabajo. Y que en el caso del mercado español eran muchos los que se apuntaban a las filas de ésta para poder sacar partido del que era un trabajo temporal, pero que servía de sustento extra o como sustento único para los meses en los que se llevaba a cabo. Pero muchas cosas han cambiado en el asunto. Y no precisamente para bien en un momento en el que el desempleo juvenil en España continúa por las nubes.
La vendimia francesa ya es trabajo de jóvenes titulados. Ese es el titular que se desprende en muchos diarios generalistas y económicos. Parece que lo de tener carrera es sinónimo de estar en el paro o no poder ejercer la profesión porque la contratación está por los suelos. De hecho, en la actualidad, un 24% de los que acudirán a esta temporada de vendimia en Francia son jóvenes, y aunque los sindicatos no tienen datos cuantitativos de las especialidades que han cursado, aseguran que anteriormente los que acudían a hacer este trabajo productivo apenas tenían estudios, y que cada vez más se ve mucha gente muy preparada en la campaña.
Pero quizás el problema mayor no solamente surge cuando los titulados deben buscarse salidas laborales en la vendimia francesa como una alternativa para obtener ingresos. Sino en que los salarios y las condiciones laborales actuales tampoco son las mejores. En otra época, los que acudían a recoger el fruto del vino francés se beneficiaban de las condiciones privilegiadas del país vecino en cuanto a deducciones, complementos salariales y horas extra por jornadas más reducidas que las españolas. A día de hoy, casi todo el empleo es subcontratado, y eso ha empeorado mucho las condiciones de la vendimia francesa a la que ahora acuden más españoles, y también más preparados.
Imagen: mahatsorri
