La semana pasada nos llevábamos una gran sorpresa con el Nobel de la Paz tras ser otorgado a la Unión Europea. En cierto modo, tengo la impresión de que es un precioso donativo por parte de la Academia dadas las dificultades evidentes que atravesamos: ¡no podía llegar en mejor momento este millón de euros!
Y hoy es noticia el anuncio del Premio en Ciencias Económicas: nuevamente un premio compartido, en esta ocasión entre Shapley y Roth:
Lloyd Shapley utilizó la teoría de los llamados juegos cooperativos para estudiar y comparar diferentes métodos de emparejamiento. Una cuestión clave es asegurar que una coincidencia es estable, en el sentido de que dos agentes no pueden encontrar otra preferencia sobre sus homólogos actuales. Shapley y sus colegas han desarrollao unos métodos específicos – en particular, el llamado Gale-Shapley algoritmo – que siempre aseguran una correspondencia estable. Estos métodos limitan también los motivos de los agentes para manipular el proceso de correspondencia. Shapley fue capaz de mostrar cómo el diseño específico de un método puede beneficiar de forma sistemática a uno o el otro lado del mercado.
A pesar de que estos dos investigadores trabajaron de forma independiente el uno del otro, la combinación de la teoría básica de Shapley y las investigaciones empíricas de Roth, experimentos y diseño práctico ha generado un floreciente campo de la investigación y mejorar el rendimiento de muchos mercados. El premio de este año se otorga por un notable ejemplo de ingeniería económica.
Alvin Roth reconoció que los resultados teóricos de Shapley podrían aclarar el funcionamiento de mercados importantes en la práctica. En una serie de estudios empíricos, Roth y sus colegas demostraron que la estabilidad es la clave para entender el éxito de las instituciones del mercado de particulares. Roth fue, posteriormente, capaz de fundamentar esta conclusión en experimentos de laboratorio sistemáticos. También ayudó a rediseñar las instituciones existentes para hacer coincidir los nuevos médicos con los hospitales, los estudiantes con las escuelas y los donantes de órganos con los pacientes. Estas reformas se basan en el algoritmo de Gale-Shapley, junto con las modificaciones que tenienen en cuenta las circunstancias específicas y restricciones éticas, como la exclusión de los pagos laterales.
Quiero felicitar a los dos agraciados, estoy seguro de que la labor de investigación que llevan a cuestas bien merece el premio. Y, por otro lado, era evidente que por encontrar o colaborar en la salida de la crisis no iba ser, ¿no os parece?