Como vimos la semana pasada, un futuro es un contrato a plazo negociado en un mercado organizado, en el que a fecha de hoy se fija el precio de compraventa de un activo, el cual se intercambiará en un momento posterior.
El futuro, implica seguridad, pues estamos fijando a fecha actual el precio de una transacción futura, ya sea un intercambio de acciones, la captación de financiación mediante un tipo de interés variable, o el intercambio de una materia prima.
¿Cuál es el precio de un futuro y cómo se relaciona con el activo subyacente?
Muchos os preguntaréis, cómo se relaciona el precio de nuestro activo subyacente, con su precio a futuro. Es una cuestión relativamente sencilla, pues el precio a futuro es aquél que hace financieramente equivalente comprar el activo hoy o hacerlo en la fecha de vencimiento. Por lo tanto, obviando algunas cuestiones para no complicar el concepto (como la existencia de dividendos o costes de almacenamiento), el precio a futuro, sería el precio del activo subyacente en el momento actual, multiplicado por el tipo de interés que nos costaría financiarnos para adquirir ese activo.
Precio futuro = Precio de cotización × [1 + (r × t/360)]
r =tipo de interés de mercado para t días.
t = número de días desde hoy hasta el vencimiento del contrato.
Por lo tanto el precio de cotización de los futuros no incorpora ningún tipo de expectativas sobre el activo, pues estas expectativas están incorporadas al precio de contado.
¿Para qué puedo yo utilizar estos futuros?
COBERTURA: una operación de cobertura permite gestionar el riesgo asociado a una determinada inversión, lo que buscaremos es minimizar las pérdidas que puedan producir movimientos desfavorables en los precios.
Pongamos un ejemplo, imaginemos que tengo en cartera 5.000 acciones del Banco Santander, las cuales el viernes 16 de noviembre tenían un valor de mercado de 27.410 € (5,482 x acc.), no me quiero deshacer de ellas, pero tengo el presentimiento de que en el próximo mes la cotización de la acción caerá bruscamente. ¿Qué puedo hacer para cubrir esas pérdidas?. Lo que tenemos que hacer es vender contratos de futuro de la acción del Santander, podemos ver su cotización en Meff. Cada contrato de futuro tiene un nominal de 100 acciones, por lo que necesitaré vender 50 contratos de futuro; el último precio de intercambio del futuro con vencimiento 21 de diciembre es de 5,50. Supongamos que puedo acordar 50 contratos de venta a ese precio. Para adquirir esos contratos tendré que depositar unas garantías
Nuestras predicciones se han hecho realidad y el 21 de diciembre Santander cotiza a 4 €. Pero nosotros tenemos 50 futuros vendidos (nominal de 5.000 acciones), mediante el cual hemos acordado el precio de venta a 5,50 ¿Cual ha sido el resultado de la operación?
Nuestra cartera de acciones de Santander ha sufrido una pérdida de: (5,482 – 4) x 5.000 = 7410
Por otro lado, nuestra liquidación de nuestro contrato de futuro vendido nos proporciona el siguiente resultado. (Supongamos que este contrato se liquida por diferencias de precios, en lugar de tener que entregar las acciones): (5,50 – 4) x 100 x 50 = 7.500 €
Nuestro resultado global es un pequeña ganancia de 90€, pero lo importante es que hemos cubierto nuestra posición, lo que perdimos con las acciones, lo ganamos vendiendo el futuro.
En este ejemplo no hemos tenido en cuenta los costes que supone la operación, nuestro broker nos cobrará una comisión.
Otro tipo de cobertura muy utilizada son los contratos sobre tipos de interés y divisas. Como contrato de tipo de interés en mercados organizados de futuros nos encontramos el futuro del Euribor 90, el problema de estos contratos es que son mucho menos operativos que los que nos podemos encontrar en mercados no organizados en los que podremos negociar con nuestra contrapartida (probablemente un banco), las condiciones concretas que necesitemos. Este tipo de contratos como los Swaps, serán comentados en futuras entregas de esta sección.
ESPECULACIÓN: como a todo, siempre se le encuentra el lado jugoso, y los especuladores son parte esencial para el buen funcionamiento de los mercados financieros (son nuestra contrapartida, y aportan liquidez al mercado), los futuros son herramientas con las que podremos actuar para la especulación. A partir de unas determinadas expectativas sobre la evolución del precio de cualquiera activo (el cual no poseemos, nuestra intención no es cubrirnos, como en el ejemplo anterior) podemos anticiparnos al mercado con el fin de obtener un beneficio. Tomando cualquiera de estas dos posiciones:
– Considerar que el activo va a subir, por lo que debemos comprar futuros. – Considerar que el activo va a bajar, por lo que debemos vender futuros.
¿Cómo actuará nuestro amigo el especulador si piensa que el precio de la acción de Repsol va a subir en el próximo mes? Lo que hará será comprar contratos de futuro sobre esa acción, pongamos por ejemplo que decide comprar 10 contratos de futuro con vencimiento el 21 de diciembre, los cuales cotizan a 15,910 €. Finalmente Repsol el 21 de diciembre cotiza a 20 €. ¿Cuál ha sido la ganancia? (20 – 15,910) x 100 x 10 = 4090 €.
¿Qué ventaja supone el uso de futuros, frente a haber comprado la acción el viernes 16 de noviembre a 15,65, y venderla el 21 de diciembre a 20 €? Comprando la acción hubiéramos tenido que invertir 15,65 x 1000 = 15.640 €. Nuestra rentabilidad supondría (20 – 15,65) x 1000/15.650 = 27,79%
Utilizando los contratos de futuro tan solo tenemos que depositar un porcentaje del nominal de la inversión (15.640 €), en concepto de garantía. Supongamos que el porcentaje de garantía exigido en estos momentos para acciones de Repsol es del 15%. Nuestra garantía aportada es de 2.346 €. ¿Cuál es la rentabilidad de la operación? (20 – 15,910) x 1000/2.346 = 174,33% ¿Jugosa verdad?.
Recordad siempre que las pérdidas pueden ser igual, o más abultadas que los beneficios, por lo tanto hay que tener mucho ojo con el uso del apalancamiento.
¿Alguna vez habéis operado con futuros? Espero vuestros comentarios acerca del tema.