Mucho se está hablando estos días de la que será la próxima reforma fiscal que nos propondrán en el ejecutivo y que debería estar lista en junio. El comité de expertos ha mostrado las principales cartas de ésta, y la verdad es que a pocos han gustado. Aunque en Capitalibre estamos trabajando en un completo artículo sobre el tema, hoy queremos hacer una reflexión acerca de lo que será el punto clave que va contra todas las promesas electorales incumplidas por doble partida, y que supone una carga fiscal igual para todos; el aumento del IVA.
Pese a que en principio se había descartado elevar el tipo general del IVA actualmente en el 21%, los expertos apoyan la tesis de subir artículos del IVA reducido al genérico.
La realidad es que la subida del IVA ha tenido siempre un efecto sobre el consumo y sobre la capacidad adquisitiva que afecta más a las clases bajas y medias que a las de arriba. Y si tenemos en cuenta que las primeras son las que han pagado las graves consecuencias de la crisis, de las reformas y de los recortes, parece contraproducente volver a sumarle gravámenes.
Por otro lado, dejando de lado que se trata de una de las medidas que más desigualdad fomentan, y que España es ya el país con más desigualdades de toda la Unión Europea, los productos y servicios que se encuentran en el apartado del 10% de iVA correspondiente al reducido que el ejecutivo podría subir aconsejado por estos expertos no lo están por casualidad.
La norma que plantean estos expertos dejaría sin discusión al transporte público y a las actividades turísticas en este 10% de IVA, subiendo prácticamente todo lo demás. Pero ¿qué es todo lo demás? Pues si solo tenemos en cuenta cosas básicas, destacamos: alimentos preparados o elaborados, carnes, verduras o todos los productos que tienen que ver con la alimentación animal y el cuidado de los cultivos vegetales. ¿Alguien puede defender que sea coherente pasar todo esto del 10% al 21% de IVA mientras los diarios tributan a un 4% y la venta de obras de arte a un 10%?
Imagen: LendingMemo