La famosa reforma fiscal que nos ha avanzado a tragos el gobierno no solamente ha desatado las críticas de muchos sectores sociales y de buena parte de los contribuyentes a los que en principio la norma parecía favorecer. Y es que echando las cuentas de la rebaja de los porcentajes correspondientes con renta todo parecía una bajada de impuestos en toda regla, pero la letra pequeña hace que al final sea más de lo mismo para la mayoría. A Europa tampoco le ha gustado la idea para nada.
De hecho, en el Consejo Europeo al que nuestro gobierno no asistió parece que han decidido poner de nuevo a España en la mira, y nos espera otro buen tirón de orejas. Fuentes europeas ya se habían precipitado a criticar la reforma fiscal por hacerla electoralista, irresponsable y sobre todo porque ponía los objetivos de déficit con los que tiene que cumplir España en peligro. La nueva bronca europea a España será para recordarnos que debemos subir el IVA, que debemos mejorar nuestro sistema SEPE y que deberíamos pensar en la bajada de cotizaciones por el alto nivel de desempleo que mantenemos.
Está claro que los reclamos que nos hace Bruselas no son ninguna novedad. De hecho, los hemos ido viendo en reiteradas ocasiones desde varias fuentes. Sin embargo, lo que llama la atención es que parece que lo que era una relación bastante estable entre el gobierno de Rajoy y las críticas light de las instituciones europeas van a cambiar. Ahora parece que el discurso se recrudece y veremos como en los próximos días, cuando el gobierno apruebe finalmente el texto final de la reforma fiscal, desde la Unión Europea aparecen más discursos reclamando responsabilidad y coherencia.
Esperemos que el gobierno se mantenga en la no subida del IVA, porque con una economía estancada y un paro por las nubes, la medida no vendría demasiado bien.
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