Actualmente el plan PIVE 6 activo está permitiendo a muchos particulares renovar sus vehículos a precios más bajos. De hecho, el sector esperaba con ansia la nueva financiación estatal. Y aunque en esta ocasión los recursos se han limitado, no es la única opción que existe actualmente para conseguir un coche más económico. Además del mercado de segunda mano, las subastas públicas suelen ser una buena posibilidad para ahorrar dinero en la compra de un vehículo.
Subastas públicas de coches
¿Dónde se subastan los coches?
Hay varias opciones para acceder a las subastas de coches, pero por lo general son siempre un buen objetivo las delegaciones de Hacienda, las de la Seguridad Social y los juzgados.
¿Qué debo saber antes de acudir a una subasta de coches?
Los coches que se venden en subasta cuestan entre un 20 y un 40% menos de lo que valen en el mercado. Sin embargo, nunca te dejarán probar un vehículo y además, pueden tener serios daños en la chapa o vicios por malos hábitos del conductor anterior. Además, suelen ser coches con muchos kilómetros.
¿Cómo se paga la subasta?
Antes de poder pujar es habitual que tengas que abonar un depósito del 20% del importe. Éste solo se pierde en caso de que se gane la subasta y no se pague. Además, el pago final solo se puede hacer en cheque o efectivo.
¿Qué impuestos hay que pagar?
En el caso de las subastas de vehículos públicas, si te haces con uno de esos coches tendrás que pagarle a Hacienda el Impuesto de Transmisiones, esto es, el 4% del valor declarado del coche. Además, tendrás que acudir a Tráfico y abonar 52,2 euros para que se haga el cambio de titularidad.
¿Qué pasa con las cargas que tenga el vehículo?
Las cargas que pesan sobre el bien subastado, en este caso los coches, pasan a ser en realidad una obligación del que adquiere dicho bien. Así, antes de pujar, revisa bien la ficha en la que se deben detallar éstas, sobre todo para evitarte sustos después.