Probablemente hayas notado que tu poder adquisitivo ha disminuido en los últimos años. No es la primera vez que hacemos referencia al dato en economía doméstica. Sin embargo, además de la caída de los salarios que ha propiciado la reforma laboral y el incremento del desempleo que hemos estado viviendo, en ello han influido considerablemente las subidas de impuestos. Y no hablo únicamente del IRPF o del IVA, del que se ha dicho ya casi todo desde que se hiciese oficial. Me refiero a todos los impuestos que han incrementado desde hace 3 años las Comunidades Autónomas.
En total, se llegan a sumar hasta 84 impuestos diferentes que han experimentado subidas entre los años 2012 y 2013. Eso supone que los ciudadanos han estado pagando más, y si se tiene menos, se nota aún más la cuenta negativa de la que estamos hablando. Aunque todo depende de la comunidad concreta a la que se haga referencia, lo cierto es que casi todas han apostado por una estrategia unánime de elevar al máximo el impuesto del IRPF a las rentas altas, más allá del impulsado por el gobierno central. Otros de los que también han subido al máximo permitido son el Impuesto del Patrimonio, el de Sucesiones y Donaciones y el relacionado sobre los hidrocarburos.
Sin embargo, como suelen decir los economistas, tener los impuestos más altos no asegura una mayor recaudación, sino que a veces puede producirse la situación totalmente contraria. Y eso es lo que parece que ha ocurrido. Al menos si echamos un vistazo a las cuentas que están disponibles para el 2013. En ese año, los ingresos de las Comunidades Autónomas que se envían a Bruselas declaran un total de recaudación de 86.879 millones de euros. Aunque el número en sí mismo no diga nada, suponen una bajada del 20,4% con respecto al año pasado. Es decir, que se ha producido justo la teoría anteriormente mencionada.
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