A la hora de adentrarnos en el mercado debemos tener en cuenta las dificultades que eso conlleva. Algunas son las barreras de entrada y salida del mercado en el que se va a efectuar la actividad económica, o cómo se va a llevar a cabo la cadena de valor de la empresa.
Según Michael Porter, profesor de la Harvard Business School(HBS) y autoridad global reconocida en temas de estrategia de empresa, desarrollo económico de naciones y regiones, y aplicación de la competitividad empresarial a la solución de problemas sociales, de medio ambiente y de salud, la cadena de valor es aquel modelo teórico que permite describir el desarrollo de las actividades de una organización empresarial generando valor al cliente final.
En al cadena de valor se incluyen todas las actividades que tiene que generar una empresa, desde la producción de su bien o servicio, hasta la entrega del mismo al cliente.
Todas estas actividades son, la extracción de materias primas, la elaboración del producto, el trasporte de ese producto, la consiguiente actividad publicitaria o de marketing y finalmente la venta del producto a su consumidor.
Especialmente, España en la actualidad está disfrutando de su nueva imagen empresarial, y es que nuestro país es ahora fuente primordial del mundo de la moda. Empresas que tienen pocos años de vida en la industria y el sector textil, ya se han lanzado al mercado y han conseguido aumentar en cada ejercicio sus ventas, maximizando todo lo posible su beneficio.
Este sector parece llevar el control de la economía nacional, puesto que hay ciertas tiendas que ya se han extendido lo suficiente como para considerar su carácter expansivo:
– BIMBA & LOLA: 175 tiendas – EL GANSO: 84 tiendas – GOCCO:230 tiendas – SCALPERS:22 tiendas – SHANA:200 tiendas – KLING:14 tiendas
Pero no sólo se han centrado en expandirse a nivel nacional. La moda textil española va mucho más allá de sus límites geográficos. Este sector apuesta por las exportaciones. Lo más extraordinario es que estas cadenas, algunas con sólo cuatro o cinco años de vida, venden ya el 20% o 30% de su producto fuera de España. De hecho, casi todas las cadenas surgidas en los últimos siete u ocho años tienen ya algún tipo de presencia directa internacional.
Ya sea mediante franquicias o cualquier otro tipo de modo expansivo, las empresas textiles españolas empiezan a experimentar un crecimiento empresarial digno de destacar.
En conclusión, independientemente de la crisis, el sector textil crece con ímpetu cada vez más y demuestra a otros sectores la viabilidad de operar internacionalmente y sobretodo la importancia de la diferenciación de cada producto, lo que hace de ellos una característica fundamental para la demanda actual, la exclusividad.