Tras escribir ayer un artículo que confirmaba que se había producido un incremento en la compra-venta de viviendas, “Si es de segunda mano, sí”, y que el impulso que había hecho de trampolín para ello había sido el mercado de segunda mano, se han recibido noticias que trastocan los datos que ofreció el Instituto Nacional de Estadística.
Y es que, esta misma mañana, el Ministerio de Fomento ha realizado unas declaraciones con las que pone en entredicho la conclusión a la que llegó la institución.
Discrepa este ministerio con el INE tras confirmar, Ana Pastor, quien dirige fomento, que los pisos siguen bajando en el segundo trimestre, concretamente el mismo del que hablaba ayer el Instituto.
Para acreditar que lo que declaran es una realidad, se explica el ministerio aportando datos estadísticos que muestran su realidad:
“El índice general de precios, que incluye la vivienda protegida, arroja un descenso del 2,7%, también el dato menos malo de toda la crisis. Por provincias, la vivienda solo se encarece en Baleares, con un incremento del 3,4%.”
No obstante, y a pesar de las discrepancias entre el Ministerio de Fomento y el INE, ha sido José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, quien ha remarcado que ambas instituciones discuten más bien el honor de ser la fuente oficial de más peso sobre el coste de las viviendas.
Las declaraciones del mismo se basan en que cada uno utiliza diferentes fuentes para dar sus informaciones, y eso hace que cada dato pueda estar levemente matizado por cada fuente, o incluso que una de las dos no haya realizado el procedimiento los suficientemente completo como para aportar unos datos concretos, fiables, verificados y previamente seleccionados.
Un ejemplo para concretar esta situación que tiene lugar a al hora de elegir una u otra fuente es el tratamiento de los datos, es decir, ambos dos incluyen en el estudio tanto al vivienda de nueva construcción como la que ha sido previamente utilizada, no obstante Fomento incluye en la nueva a todos los inmuebles de menos de dos años y discrimina entre vivienda libre y oficial, aunque su índice de precios incluye a las dos. Por otro lado, será el INE quien las excluye porque sus precios regulados “no se rigen por los mecanismos habituales del mercado”, según explica esta institución en su metodología.
A pesar de ello, aunque la vivienda oficial es más barata, este hecho no es el que explica el diferente resultado de ambas estadísticas.
Excluyendo las diferencias que han tenido lugar en los datos totales, ambas fuentes radican en una igualdad latente, y es que la situación real del mercado es que los precios se están estabilizando tras seis años de caídas.