La hucha de las pensiones, todo ese dinero que ahorramos en tiempos de bonanza, parece no querer permanecer en su actual sitio. O mejor dicho la pésima situación en la que estamos, obliga al ejecutivo a contemplar en sus planes para el año próximo un nuevo tijeretazo a esa cuenta. Hay que elegir entre eso, y rebajar las pensiones. La última de las opciones no conviene porque es año de elecciones, y también porque es difícil seguir bajando el nivel de rentas familiares de las personas mayores, que ha alcanzado en muchos casos mínimos insólitos.
En total, al menos según las previsiones que ha hecho el ejecutivo de Rajoy, habrá que sacar de allí unos 8500 millones de euros para enfrentar los diferentes pagos relacionados con ese motivo. Esto se debe a que los actuales cotizantes, es decir, los que se encuentran en activo y pagan sus cuotas a la Seguridad Social, tan solo cubren un 80% del gasto total del sistema. La situación es límite en parte por el alto porcentaje de paro, por los bajos salarios que crean cotizaciones más bajas en muchos casos, pero también por cómo funciona el sistema en sí mismo.
De hecho, en esta hucha de las pensiones no hay provisiones únicamente para las contributivas, que deberían ser las que pagasen los que actualmente están en activo. Sino que de ahí sale cualquier tipo de pensión independientemente de su naturaleza. Esto habría que cambiarlo, y todas las que no sean contributivas deberían pasar directamente a los Presupuestos del Estado con su propia partida. De ese modo, el sistema sería probablemente mucho más viable. En la actualidad, En total, las pensiones supondrán más del 85% de los 136.103 millones de euros que corresponden al presupuesto total que destinará el gobierno a la Seguridad Social en 2015.
Imagen: Arregui Buzones
