El problema del paro en España se agudiza. Aunque el número de demandantes de empleo haya disminuido en España, en parte porque muchos han dejado directamente de buscar trabajo, y en parte porque otros han hecho la maleta, la población activa inscrita como tal y con un empleo en la actualidad se mantiene a los mismo niveles de 2003. En ello no habría nada de malo sino fuese por el hecho que hace ahora algo más de diez años, el número de pensionistas ha aumentado de manera considerable. Para no andarnos con números complejos, en la actualidad son un millón más.
Eso supone que los ingresos de la Seguridad Social se mantienen casi como antes, a excepción de lo que han subido los salarios, que en realidad, apenas se ha notado; y las nuevas aportaciones que se hacen por las actuales leyes, como es el caso de la que obliga a cotizar por todas las retribuciones en especie desde diciembre pasado. Sin embargo, los gastos que supone que el número de pensionistas haya subido de esa manera es realmente abrumador y para compensarlo, habría que sumar al menos más cantidad de nuevos afiliados, o mejorar los contratos actuales con mayores aportes para equipararlos al mismo número. Y nada de eso ha ocurrido.
El problema es grave, ya que no solamente supone que las arcas que teníamos como un depósito, aquellas a las que recurrir en los que no eran tiempos de bonanzas se van a ir vaciando, sino que también el sistema de pensiones actual que hemos montando se va a tambalear. En Capitalibre ya hemos hablado en más de una ocasión del tema, y mientras no se busquen incentivos para fomentar la natalidad que sean realistas, va a ser complicado que se de la vuelta a la tortilla.
Imagen: Administración Nacional
