No parece que la crisis por la que actualmente pasa el mundo de los carburantes vaya a tener un fin próximo. De hecho, dentro de la OPEP, no parecen sentirse incómodos con el nuevo precio de mercado que ronda entre los 70 y los 80 euros por barril. De las reuniones que han tenido los países miembros, aunque algunos han manifestado divergencias, como el caso de Venezuela, son los menos. Los grandes exportadores parecen estar convencidos de la estrategia para frenar que países como Estados Unidos sigan explorando pozos mediante las técnicas de fracking.
Los expertos aseguran que la era del petróleo a más de 100 dólares el barril, llegando en puntos altos a 120 dólares, se ha terminado. Al menos para los próximos años. Un lustro llegan a pronosticar algunos. Lo cierto es que la mayoría de países petroleros han apostado por hacer un fondo con todo ese dinero que entraba de más a sus arcas, y esos fondos de inversión ahora les reportan beneficios. Beneficios que en algunos casos son mayores ya que los del precio del petróleo.
El caso de Venezuela es particular. La nación calculaba los presupuestos a 60 dólares el barril. Todo lo demás debía ir a parar a fondos del Estado, pero la corrupción que impera en el gobierno ha hecho que gran parte de ese capital esté desaparecido. Es por ello, que sin un fondo en el que cubrirse de percances como éste, la situación para un país que depende en más del 90% de la renta petrolera se hace insostenible. Sin embargo, la opinión de la mayoría se impondrá, y finalmente veremos unos precios del petróleo bastante estables entorno a esas cifras que hemos detallado anteriormente. Esperemos que el efecto se haga sentir en las gasolineras, como ya ocurre en otros países de Europa, y al que España parece querer resistirse.
Imagen: Francisco Montero
