Las ayudas al alquiler habían sido una de las propuestas hechas por el gobierno hace meses cuando se decidió que la reforma del IRPF iba a eliminar por completo la deducción a la que los inquilinos tenían derecho al tener unos gastos por alquiler de vivienda habitual. En realidad, desde entonces estaba sobre la mesa la nueva convocatoria, que llega con algunas novedades y con algunas restricciones, pero que no entrará en vigor hasta mañana. Y entre comillas, ya que la competencia en ese sentido la tienen transferida las Comunidades Autónomas.
Las nuevas ayudas al alquiler que a partir de mañana podrían ya solicitarse en la teoría, contempla la posibilidad de acogerse a ellas siempre que la vivienda alquilada sea la residencia habitual, su renta mensual no supere los 600 euros, y que los ingresos de la unidad familiar sean inferiores a hasta tres veces el IPREM (532,51 euros al mes), siempre modulando estos en función del número de miembros de la unidad familiar. Con ellas, desaparece la conocida como renta de emancipación. Los que la tengan, dispondrán de ella hasta que se marque su agotamiento según su caso, y si solicitan la nueva, la perderán en el momento de la concesión.
El importe de las ayudas para el alquiler de vivienda no podrá superar el 40% del importe total de la renta por alquiler que paga quién la solicita. El abono en este caso, una vez solicitada la ayuda y concedida, será mensual, y la ayuda tendrá una duración de 12 meses. Se podrá prorrogar por otros doce meses más una vez se haya agotado el primer año recibiéndola.
Sin embargo, aunque en el BOE se publica esta resolución, son las Comunidades Autónomas las encargadas de gestionarlas. Ellas, pueden establecer requisitos inferiores, con lo que aún cumpliendo con los señalados arriba puede que no seas candidato a las ayudas al alquiler dependiendo en dónde residas. Para solicitarla, hay que acudir a la consejería encargada de vivienda en cada uno de los casos.
Imagen: ME DAIS POCA
