La verdad es que desde que Cañete dejó su puesto en el Ministerio de Agricultura, la cartera se había mantenido alejada de las polémicas. Tanto, que el nivel de conocimiento por parte de la opinión pública de la actual ministra, Isabel García Tejerina, es bastante bajo. Pero probablemente, tras las declaraciones de hoy, vuelva a estar en el candelero de los medios. Al menos eso es lo que parece tras proponerse acabar con “los agricultores de sofá”.
Lo que viene a decir la ministra de Agricultura con su particular lenguaje (que ya está generando titulares, burlas y demás parodias en las redes sociales), es que a partir del próximo año, las conocida formalmente como Política Agrícola Común (PAC) va a estar vinculada al desarrollo de una actividad. De hecho, los fondos de los que se dispone estarían programados para el período 2014-2020, con lo que los cambios que se apliquen podrían tener esos seis años de vigencia, en la práctica, cinco restándole el que ya está a punto de terminar.
El problema es que se habían democratizado las ayudas de la PAC a trabajadores de la agricultura ya pensionistas, y se hizo de ese modo por el bajo rendimiento de sus pensiones. Si tenemos en cuenta la actual norma, reformada cuando se convirtió el Régimen Agrario de la Seguridad Social en el RETA, las pensiones de este tipo de trabajadores eran un 30% inferiores a la media del Régimen General. Y precisamente por ese motivo, muchos pensionistas que se habían retirado de la actividad agrícola, veían imprescindible la ayuda de la PAC aún sin estar actualmente en activo.
Si se trata de una modificación que prevé un cambio en las pensiones de todos estos colectivos, podría ser un cambio positivo, pero caso contrario, que es lo que vaticinan fuentes del sector, podría hacer que las regiones agrícolas y sobre todo, los lugares en los que hay muchos pensionistas de la actividad, noten como la caída en sus ingresos pasa factura. Además del drama personal de cada uno de ellos…
Imagen: jacinta lluch valero
