Seguramente muchos de nuestros lectores hayan visto la famosa película de El Lobo de Wall Street. Y aunque probablemente la ficción supere a la realidad, la vida que se lleva en ese nivel de inversiones, no es muy distinta a la que se narra en la película. Aunque no todos los protagonistas en la vida real se comportan igual que Leonardo DiCaprio en el film. En todo caso, con el éxito alcanzado por la cinta, parece que en el mundo económico interesan algunas de las historias más curiosas que hay detrás de la gran bolsa, y precisamente una de las más recientes es la que se hace llamar la del lobo adolescente de Wall Street.
Se trata de un chico que con tan solo 17 años, y aprovechando las tardes que tiene libres al salir del instituto, ha conseguido ganar nada menos que 72 millones de dólares. De hecho, ya se habla de él como si fuese el próximo inversor prodigio, y aunque todavía sus padres no le permiten independizarse, ni tampoco puede beber alcohol, brinda con zumo de manzana y comiendo caviar en los locales en los que solo acuden pesos gordos del mundo financiero.
La verdad es que no solamente es una de esas historias increíbles por la corta edad de su protagonista, y por lo complejo que resulta el mundo de las inversiones en bolsa. Más bien se trata de un futuro maestro, porque ya tiene a todo un séquito de seguidores que le consideran como tal, y su próxima pretensión es montar una empresa desde la que gestionar su buen olfato para ganar tantos millones, y por supuesto aspirar a estar entre los grandes del sector. Quizás vuele muy alto, pero la persona que más admira y de la que dice tomar ejemplo es Paul Tudor Jones, en el puesto número 108 de los americanos más ricos según Forbes. ¡Casi nada!
Imagen: Wall Street
