No parece que las cosas vayan demasiado bien para los autónomos. De hecho, además de todas las quejas que conllevó el hecho de que la prestación por desempleo fuese imposible para todos los que tuvieron que cerrar sus actividades y que motivó la modificación de la normativa, cada vez vemos más autónomos low cost condenados a tener trabajos precarios. Pero ya no solamente se trata de los trabajos precarios, sino también de su jubilación.
La jubilación de los autónomos dista cada vez más de la de los trabajadores del Régimen General. De hecho, los últimos datos revelan que está siendo complicado mantenerse en la media que alcanzan los trabajadores habituales frente a los trabajadores autónomos. La distancia entre lo que cobran unos y lo que cobran otros está aumentando de forma importante y alcanza ya los 470 euros. Eso significa que a 1 de enero del 2015, de media los autónomos tenían una pensión de 684,54 euros mensuales. Los trabajadores, alcanzaban una media de 1155,19 euros. Eso significa que los autónomos cobran un 40% menos de pensión que los que han sido asalariados.
El sector lleva ya años reclamando reformas y sobre todo, protección. En un momento en el que se supone que se está colocando al colectivo de los emprendedores como aquellos que van a salvar al país, y sobre todo como aquellos que se supone que deberían generar puestos de trabajo. Resulta realmente injusto que siendo ellos sobre los que recae tal peso, y siendo un colectivo tan amplio, haya tan pocos derechos, y al mismo tiempo, se apliquen tantas restricciones a la hora de acceder a una pensión pública que además, se pagan ellos mismos. Porque cabe recordar que España tiene una de las cuotas más altas de la Seguridad Social para autónomos, y sin embargo, sus pensiones están entre las más bajas de Europa. ¿Va siendo hora de un cambio, no?
Imagen: Andrea
