La polémica por la posibilidad de que en España haya una Renta Básica universal, es decir, que todos los ciudadanos cobren un dinero del Estado por el mero hecho de ser ciudadanos o residir en este país, ha ido quedando bastante ofuscada por el hecho de que el partido que la ha planteado, Podemos, ha dejado caer que el planteamiento era a nivel europeo, y que en el caso de las elecciones españolas, quizás no sería lo más conveniente. Pero en todo caso, hoy queremos analizar las desventajas de las que pocas veces se hablan.
Muchos economistas han afirmado que sí sería viable una Renta Básica universal en España, por lo que no es una desventaja el hecho de que no sea posible llevar a cabo el proyecto. Sin embargo, de llevarse como se ha planteado hasta la fecha, supondría una desigualdad importante para los colectivos más desfavorecidos y para todos aquellos que hasta ahora reciben complementos a mínimos del Estado o pensiones no contributivas. Todos ellos quedarían eliminados de forma automática por debajo del importe de la Renta Básica universal. Es decir, que si una persona mayor cobra actualmente 300 euros de pensión no contributiva, o un jubilado por pensión contributiva no alcanza el mínimo estipulado, pero llega a éste por complementos; ninguno de los dos colectivos se beneficiarían de ese pago universal.
En ambos casos, ellos dos cobrarían la Renta Básica Universal, como el resto de ciudadanos. El problema surge cuando esa Renta Básica otros pueden complementarla con trabajo, con ingresos por inversiones, con ingresos por ahorros o con los ingresos que sean. Si los 400 euros son universales, el coste de la vida subirá. Es un hecho. Y la desigualdad que se generará será mayor, ya que los colectivos más desfavorecidos recibirán exactamente lo mismo que todo el resto de la población, y serán ellos los que más sufran el coste de la medida que en principio, parecía favorecerles.
Imagen: Camilo Rueda López
