El problema del desempleo en España no es solamente la tasa de paro que vemos reflejada en la encuesta EPA, ni tampoco la que se muestra en los registros del INEM. De hecho, se ha dicho desde muchos organismos que el paro real, si se tuviesen en cuenta a aquellos que trabajan tan solo unas pocas horas a la semana y que no cuentan en ningún listado como desempleados, la cifra estaría por encima del 35%. En parte, la actual contratación muestra la gran problemática a la que nos enfrentamos: vivimos en la época de mayor encadenamiento de los contratos temporales.
Los contratos temporales
Actualmente, la cifra de contratos temporales que se encadenan es la más alta desde 2008, si tomamos en consideración los datos del INE. En este caso concreto, hay un total de casi medio millón de españoles, 482200 para ser exactos que llevan encadenando contratos de duración temporal en el mismo puesto de trabajo. De esa manera, se pone la temporalidad en duda. De hecho, se ha dicho ya muchas veces que incentivar esta forma de contratación anula el concepto del contrato temporal en sí mismo, que debería de utilizarse para períodos puntuales en los que la carga de trabajo aumente de forma no proporcional.
Sin embargo, el problema es que la situación se lleva repitiendo desde hace tiempo, y la cifra de los trabajadores que llevan encadenando este tipo de contratos durante más de seis años se ha disparado en el último período. Ha pasado de 441.400 al cierre de 2013 a 482.200 en diciembre del año pasado. Está claro que éste ha sido el talón de Aquiles de la reforma laboral. Puede que haya más empleos, pero los que se están creando no implican ni que no se sigan destruyendo, ni que el empleo que se crea sea de calidad. Temporalidad y precariedad no son una opción de futuro
Imagen: Manel
