La inversión en productos, a priori seguros se vuelve cada vez menos rentable, conseguir tipos de interés por encima del 4% en los depósitos es misión imposible. Ante esta situación muchos ahorradores e inversores seguramente han empezado a abrir su mente hacia los mercados y canalizar su patrimonio hacia otro tipo de productos financieros, que le puedan dar más jugo en su cartera de inversión. Una alternativa a la que dirigir la inversión son los Fondos de Inversión Flexibles, los cuales intentan sacar provecho de todas las situaciones de los mercados.
Los fondos de inversión tradicionales en muchos casos basan su gestión en replicar y mantenerse de forma direccional frente a un índice, una serie de activos de renta fija, etc. A esta forma de gestión se le llama gestión pasiva. Esto hace que su único objetivo sea la de comportarse igual, o ligeramente mejor que su referencia, si la referencia, por ejemplo el IBEX35, se comporta de forma muy negativa, si el gestor ha conseguido replicarlo, a conseguido su objetivo de gestión, pero el inversor una pérdida considerable.
Además de la gestión pasiva, los fondos de inversión tradicionales tan solo invierten en aquellos activos que se han marcado en la ficha del producto, por ejemplo si el fondo Renta Fija Europea X, tiene marcado en su prospecto de comercialización que tan solo invertirá en activos de renta fija europea, aunque la totalidad de la renta fija europea se esté comportando con rentabilidad negativa, el gestor no podrá escoger otra tipología de activos.
Por el contrario los Fondos de Inversión Flexibles tienen como objetivo buscar una rentabilidad absoluta, pase lo que pase en el mercado, y realizan una gestión activa del patrimonio del fondo. La gestión activa se basa en la libertad a la hora de escoger la tipología de activos en los que invertir, y la direccionalidad con el mercado; el fondo puede estar por ejemplo invertido hoy en renta variable europea, y si mañana el gestor intuyen que proporcionará una mejor rentabilidad desviarse hacia la renta variable asiática, lo hará. Pueden escoger un gran abanico de activos, materias primas, renta fija, renta variable, invertir en otros fondos, liquidez, etc. Utilizan el apalancamiento, es decir tener invertido más cantidad del patrimonio del fondo, pidiendo dinero en préstamo. Además pueden situarse en distintas direcciones frente al mercado mediante el uso de derivados y posiciones en corto.
Esta libertad de la que disfruta el gestor del fondo, sumada a la gestión activa del patrimonio del mismo ayuda a conservar el patrimonio, utilizando estrategias de cobertura.
Por ejemplo un fondo podría realizar una estrategia bidireccional basada en posicionarse en pares de valores muy correlacionados (por ejemplo Santander y BBVA), en uno se colocaría en corto (posición vendida), y en otro en largo (posición comprada), y balancearía la exposición a cada uno de los valores en función del comportamiento de los mismos, la rentabilidad dependerá horquilla de precios que se genere entre los dos valores, y tendríamos el riesgo muy controlado al cubrir una posición en un valor, con la posición contraria en el otro. Podemos ver en el gráfico cómo BBVA ha tenido un mejor comportamiento que Santander, por lo que posicionándonos en largo en BBVA y en corto en Santander tendríamos ganancias por ambos lados de la estrategia.
Un valor a tener en cuenta en esta tipología de fondos de inversión, es que los propios gestores, en muchos casos, tienen depositada gran parte de su patrimonio personal en el mismo, lo que les supone que tengan un mayor interés por la conservación del mismo y la obtención de rentabilidad.
Algunos ejemplos de fondos de esta categoría son:
Schroder GAIA Egerton Equity C EUR:
Este fondo basa su inversión en toda tipología de activos, incluso renta variable de países emergentes. Además tiene la posibilidad de situarse al 100% en liquidez. Como podéis observar la rentabilidad es creciente y positiva, comportándose mejor que otros fondos de similar estrategia y categoría. La rentabilidad media a tres años es del 9,13% y la volatilidad del 7,07%.
Carmignac Patrimoine A EUR Acc:
Este fondo invierte tanto en renta fija, como variable. Como muestra el gráfico su rentabilidad ha sido positiva, siendo la rentabilidad media a tres años del 4,62% y una volatilidad del 6,22%.
Aunque estos dos ejemplos, se han comportado de forma muy aceptable con buena rentabilidad, tenemos que tener en cuenta la volatilidad que han sufrido los mismos, volatilidad es sinónimo de riesgo, por lo tanto esta tipología de productos de inversión no son aptos para todos los corazones, pues aunque tienen un objetivo de cobertura de la posición y rentabilidad absoluta, no están exentos del desastre y incluso de la desaparición del fondo. En definitiva un buen producto pero no para un inversor tradicional.
¿Tienes experiencia con este tipo de inversión? Cuéntanosla!