No parece que las muchas bondades que describen nuestros políticos y algunos banqueros nos salven de nuestro pesimismo sobre la situación del empleo en España. De hecho, los españoles parecemos más preocupados que nunca por ese asunto, y se encuentra no solo en la primera posición de la lista de cosas que nos quitan el sueño, sino que el porcentaje de españoles que temen por ese concepto ha aumentado considerablemente el último trimestre. Algo que parece ser contrario a lo que algunos defienden como una evolución positiva en términos de creación de puestos de trabajo.
La última encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas ha sacado a la luz el dato de que al 82,2% de los españoles nos preocupa el problema de la desocupación laboral. No es para menos, ya que son más de 5 millones de parados según las cifras del INEM. Y si tenemos en cuenta que hay más desocupados que no están inscritos porque ven que encontrar empleo apuntándose a las listas es una tarea compleja que requiere de trámites burocráticos, la situación es demasiado grave.
De hecho, a Europa le llama la atención el nivel de desempleo que se ha alcanzado en nuestro país, y señala que hay que hacer los máximos esfuerzos por reducirlo. Aún así, ni la reforma laboral, ni la ley del emprendedor, ni las nuevas cotizaciones sociales parecen ser la solución a todo esto. De hecho, esas fórmulas clásicas del FMI parecen funcionar mejor en países en los que la economía empieza a dar señales de brotes verdes, algo que en España, por mucho que se diga, no ha pasado a nivel de economía doméstica. Ésta se encuentra cada vez con menos recursos y con más tributos a los que hacer frente.
El desempleo ha creado la nueva categoría de trabajador precario, el cual pese a tener empleo, no gana como para poder vivir. Así que la preocupación, aunque es alarmante, está acorde con la realidad que vivimos diariamente.
Imagen: Brocco Lee
